¿Duelen los quistes en los senos?

Quistes en los Senos: Qué son, por qué Duelen y Cuándo ir al Médico

Sentir un bulto en el seno puede alarmarnos, pero en la mayoría de los casos se trata de un quiste, una condición benigna y muy frecuente. Te contamos todo lo que necesitás saber sobre los quistes en los senos, sus síntomas, causas y en qué momento es fundamental hacer la consulta médica.

Conocer la diferencia entre un cambio normal en tus mamas y una señal de alerta es fundamental para tu tranquilidad. Seguí leyendo en Diagnóstico Rojas.

¿Qué son y qué pasa cuando se tienen quistes en los senos?

Si durante tu autoexamen mamario palpás un bulto blando y móvil, o si sentís tus senos más sensibles y doloridos días antes de la menstruación, es probable que te preguntes: “¿duelen los quistes en los senos?” La respuesta es sí, pueden causar molestias, pero también es importante saber que son una afección muy común y, en la inmensa mayoría de los casos, benigna. 

Imaginá los quistes en los senos como pequeñas bolsitas o sacos llenos de líquido que se forman dentro del tejido mamario. No son cancerosos y no aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama. Según la Clínica Mayo, son sumamente frecuentes, especialmente en mujeres entre 30 y 50 años.

Pueden presentarse de diferentes maneras:

  • Asintomáticos: Muchas veces, los quistes son tan pequeños que pasan completamente desapercibidos y solo se descubren de manera casual en una Mamografía o Ecografía Mamaria de rutina.
  • Palpables: Cuando son más grandes, podés sentirlos como un nódulo mamario benigno, generalmente redondo u ovalado, con bordes bien definidos y que puede “desplazarse” ligeramente al tocarlo.
  • Dolorosos: Es frecuente que, debido a los cambios hormonales del ciclo menstrual, los quistes se llenen de más líquido, aumenten de tamaño y provoquen dolor, sensibilidad o una molesta sensación de tensión en los senos.

¿Por qué salen los quistes? Las causas detrás de su aparición

La causa exacta no está completamente definida, pero está estrechamente ligada a las hormonas femeninas, principalmente al estrógeno. Cada mes, las glándulas mamarias se preparan para una posible lactancia. A veces, una de estas glándulas puede obstruirse y acumular líquido en su interior, formando un quiste.

Esto explica por qué las molestias suelen intensificarse en los días previos a la menstruación y luego alivian con la llegada del periodo. Incluso, es posible notar la aparición de un quiste en el pezón (conocido como quiste de la glándula de Montgomery), que también responde a estos cambios hormonales.

¿Duelen los quistes en los senos? Cómo aliviar las molestias

Sí, como mencionamos, pueden doler. Si el dolor está relacionado con tu ciclo, podés probar estas medidas simples para aliviarlo:

  • Usar un corpiño con buen soporte, incluso para dormir si es mucha la sensibilidad.
  • Aplicar compresas tibias o una almohadilla de calor en la zona dolorida.
  • Considerar un analgésico suave de venta libre, como ibuprofeno o paracetamol, siempre consultando previamente con tu médico.
  • Algunas mujeres encuentran alivio reduciendo la ingesta de cafeína y sal, aunque la evidencia científica no es concluyente, puede ser útil probarlo.
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¿Cuándo debo preocuparme por los quistes mamarios?

La regla de oro es: ante cualquier bulto nuevo o cambio en tus senos, consultá a tu ginecólogo o mastólogo. Si bien los quistes son benignos, es fundamental que un profesional confirme el diagnóstico.

Debés realizar la consulta sin demora si, además de notar un nódulo, experimentás:

  • Un bulto nuevo o que se siente más duro y no se mueve.
  • Un aumento considerable del tamaño del quiste en poco tiempo.
  • Enrojecimiento o hoyuelos en la piel del seno (como la piel de naranja).
  • Secreción espontánea y persistente por el pezón, especialmente si es sanguinolenta.
  • Cambios notorios en la forma o tamaño de uno de tus senos.
Mujer palpándose los senos
Los Quistes en los Senos suelen ser palpables.

Diagnóstico y tratamiento: Tranquilidad y control

El médico, mediante una Ecografía Mamaria, puede distinguir con claridad si se trata de un quiste (lleno de líquido) o de un nódulo sólido que requiera más estudios. En algunos casos, si el quiste es grande y muy doloroso, el médico puede proponer una punción con aguja fina para drenar el líquido, lo que alivia la presión y el dolor al instante.

El mensaje más importante es que los quistes en los senos son una condición habitual. Conocer tu cuerpo, realizar los controles ginecológicos anuales (que incluyen Mamografía y/o Ecografía según tu edad y antecedentes) y consultar ante cualquier cambio, es la mejor estrategia para mantener tu salud mamaria y tu tranquilidad.

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Infección Urinaria en el Embarazo: Todo lo que Debés Saber para Cuidarte

Infección Urinaria en el Embarazo: Todo lo que Debés Saber para Cuidarte

¿Estás embarazada y sentís ardor al orinar? Descubrí todo sobre la infección urinaria en el embarazo: sus síntomas, los tratamientos seguros para el bebé y cómo prevenirla. Información clara y confiable para cuidar tu salud y la de tu hijo.

El embarazo es un momento de ilusión y grandes cambios. Sin embargo, algunos de estos cambios físicos hacen que las futuras mamás sean más propensas a desarrollar ciertas afecciones, como la infección urinaria en el embarazo

Esta condición es muy común, pero no por eso debe subestimarse. La buena noticia es que, con la información correcta y la atención médica a tiempo, se puede tratar de manera efectiva y segura, evitando riesgos tanto para la madre como para el bebé. Conocé todos los estudios para tu embarazo en Diagnóstico Rojas.

¿Por qué son más comunes las infecciones urinarias durante el embarazo?

La infección urinaria en el embarazo es una de las complicaciones médicas más frecuentes que enfrentan las futuras mamás. Los cambios naturales que experimenta el cuerpo durante esta etapa aumentan el riesgo de desarrollarla. Conocer sus síntomas, los tratamientos y cómo prevenirla es fundamental para proteger tu salud y la de tu bebé.

El embarazo provoca transformaciones hormonales y físicas que predisponen a estas infecciones. El aumento de la hormona progesterona relaja los músculos de los uréteres (los conductos que conectan los riñones con la vejiga), haciendo que la orina fluya más lentamente. 

Además, el útero en crecimiento ejerce presión sobre la vejiga, dificultando su vaciado completo. Este remanente de orina se convierte en un caldo de cultivo ideal para las bacterias, principalmente la E. coli, que vive en el intestino.

¿Cómo saber si tengo infección de orina en el embarazo? Reconociendo los síntomas

Identificar pronto los síntomas de infección urinaria en embarazadas es clave para un tratamiento rápido y efectivo. Prestá atención a estas señales:

  • Ardor o dolor al orinar
  • Necesidad frecuente y urgente de orinar, incluso saliendo solo unas gotas
  • Sensación de presión o dolor en la parte baja del abdomen
  • Orina con olor fuerte, turbia o de color oscuro
  • En casos más leves, puede no presentar síntomas (bacteriuria asintomática), por lo que los análisis de orina periódicos en el prenatal son esenciales

Si la infección avanza y llega a los riñones (pielonefritis), los síntomas son más graves y requieren atención médica inmediata:

  • Fiebre alta y escalofríos
  • Dolor intenso en la espalda baja o los costados
  • Náuseas y vómitos

¿Cuándo una mujer embarazada tiene infección urinaria afecta al bebé?

Esta es una de las mayores preocupaciones. La respuesta es sí, una infección no tratada puede afectar al bebé. Las principales complicaciones son:

  • Parto prematuro: La infección puede desencadenar contracciones y un nacimiento antes de término.
  • Bajo peso al nacer: Los bebés prematuros asociados a una infección suelen tener un peso inferior al normal.
  • Pielonefritis: Una infección renal grave que puede poner en riesgo la salud de la madre y, consecuentemente, del bebé.

La excelente noticia es que, con un diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado, el riesgo de estas complicaciones se reduce enormemente.

Lectura recomendada: ¿Se puede saber si estás embarazada en una ecografía ginecológica?

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¿Cómo curar la infección urinaria en el embarazo? Tratamientos seguros

Si te diagnosticaron una infección, es normal preguntarse: "infección urinaria en el embarazo: ¿qué puedo tomar?". Es muy importante que nunca te automediques. El médico te indicará el tratamiento correcto, que generalmente consiste en:

  1. Antibióticos seguros: Existen antibióticos específicos que son considerados seguros durante el embarazo y muy efectivos para eliminar las bacterias. Es fundamental que completes el tratamiento exactamente como te lo recetaron, aunque te sientas mejor antes de terminarlo.
  2. Hidratación: Beber mucha agua (al menos 8 vasos grandes al día) ayuda a diluir la orina y a eliminar las bacterias del tracto urinario.
  3. Descanso: Permitir que tu cuerpo se recupere es una parte importante del proceso.

Después del tratamiento, el médico seguramente solicitará un nuevo análisis de orina para confirmar que la infección ha desaparecido por completo.

Infografía de una infección urinaria en embarazadas

Prevención: Claves para reducir el riesgo

Adoptar algunos hábitos simples puede marcar una gran diferencia:

  • Hidratarse bien: Tomar abundante agua a lo largo del día.
  • No aguantarse las ganas de orinar: Hacelo con frecuencia y, muy importante, siempre después de tener relaciones sexuales.
  • Ropa adecuada: Usar ropa interior de algodón y evitar las prendas demasiado ajustadas.

Ante cualquier duda o síntoma, consultá siempre a tu médico de confianza. 

Los controles prenatales regulares son tu mejor herramienta para detectar y tratar a tiempo cualquier problema, garantizando un embarazo saludable para vos y tu bebé.

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Síntomas de Apendicitis en Mujeres: Claves para Identificarla a Tiempo

Síntomas de Apendicitis en Mujeres: Claves para Identificarla a Tiempo

¿Dolor abdominal bajo? Aprendé a reconocer los síntomas de apendicitis en mujeres. Conocé dónde está el apéndice y cómo diferenciarlo de otros problemas. Información vital para actuar rápido.

Un dolor punzante en el vientre nos pone en alerta. ¿Será algo que comimos? ¿Un cólico? ¿O podría ser algo más serio? Cuando se trata de apendicitis en mujeres, esta incertidumbre puede ser mayor, ya que sus síntomas a menudo se superponen con problemas ginecológicos comunes. Ingresá a Diagnóstico Rojas.

Síntomas de apendicitis en mujeres: Una guía clara para actuar a tiempo

Un dolor agudo en el abdomen puede ser motivo de preocupación. La apendicitis en mujeres es una afección seria que requiere atención inmediata. Sin embargo, su diagnóstico puede ser un desafío, ya que sus señales a veces se confunden con problemas ginecológicos. 

¿Qué es la apendicitis y dónde está el apéndice?

Primero, lo básico: la apendicitis es la inflamación repentina del apéndice, una pequeña bolsa en forma de dedo que se encuentra en el inicio del intestino grueso. Pero, ¿dónde está el apéndice en la mujer? 

Generalmente, se localiza en la parte inferior derecha del abdomen. Sin embargo, su posición exacta puede variar ligeramente, lo que a veces explica por qué el dolor no siempre se siente en el mismo punto.

Si el apéndice se inflama y no se trata, puede perforarse, liberando bacterias en el abdomen y causando una infección grave llamada peritonitis. Por eso, actuar con rapidez es fundamental.

¿Cómo empieza la apendicitis? Los síntomas clásicos

Entender cómo empieza la apendicitis te permite estar alerta. 

La apendicitis suele empezar con un dolor leve o difuso alrededor del ombligo que a menudo se confunde con una indigestión. Luego, en cuestión de horas (generalmente entre 4 y 12), este dolor se desplaza y se concentra en la parte inferior derecha del abdomen, volviéndose constante, agudo y más intenso.

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Síntomas de apendicitis en mujeres: ¿Cómo saber si lo que me duele es el apéndice?

La apendicitis en mujeres puede ser más difícil de diagnosticar porque los órganos reproductivos (ovarios y trompas de Falopio) están muy cerca del apéndice. Esto hace que el dolor se pueda confundir con condiciones ginecológicas.

Por este motivo, además de los síntomas clásicos, es importante prestar atención al contexto. El dolor de la apendicitis suele ser continuo y no está relacionado con el ciclo menstrual. Un médico deberá descartar otras afecciones como:

Esta superposición de síntomas hace que las pruebas de diagnóstico, como una Ecografía o una tomografía, sean herramientas esenciales para los médicos.

¿Cómo puedo saber si tengo apendicitis? Señales de alarma

Si te estás preguntando, "¿cómo puedo saber si tengo apendicitis?", esta lista de señales de alarma te guiará. Si experimentás una combinación de estos síntomas, es importante buscar atención médica de inmediato:

  • Dolor progresivo: Un dolor que comienza leve cerca del ombligo y se vuelve intenso y localizado en la parte inferior derecha del abdomen en cuestión de horas.
  • Dolor a la presión: Si presionás suavemente la zona inferior derecha del abdomen y el dolor es agudo, y luego al retirar la mano el dolor empeora (lo que se conoce como "rebote"), es un signo muy característico.
  • Fiebre y malestar general: La presencia de fiebre, aunque sea baja, junto con el dolor abdominal, es un indicio de que podría haber una infección.
  • Náuseas y falta de apetito: Si el dolor abdominal viene acompañado de una pérdida de apetito inexplicable y náuseas, no lo ignores.

Infografía sobre los síntomas de apendicitis en mujeres

¿Qué hacer ante la sospecha?

No tomar analgésicos, ya que pueden enmascarar los síntomas y dificultar el diagnóstico. No comer ni beber nada, por si se necesita una cirugía. Lo único que hay que hacer es dirigirse a una guardia médica o hospital sin demora.

La importancia de la acción rápida

Reconocer los síntomas de apendicitis en mujeres puede marcar la diferencia entre una intervención sencilla y una complicación. La clave está en escuchar a tu cuerpo: un dolor abdominal nuevo, intenso y persistente, especialmente si se desplaza hacia la parte inferior derecha, nunca debe subestimarse.

Ante la duda, consultá siempre con un profesional de la salud. En casos de apendicitis, la prudencia y la velocidad son tus mejores aliadas.

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7 Alimentos Claves para Evitar la Anemia

7 Alimentos Claves para Evitar la Anemia

Recuperá tu energía y vitalidad. Conocé los 7 alimentos para evitar la anemia, las mejores combinaciones para tu desayuno y los tratamientos efectivos recomendados por expertos para prevenir y combatir la anemia de forma natural.

¿Te sentís cansado todo el tiempo, incluso después de dormir bien? La anemia es una condición común que afecta a muchos, pero pocos saben cómo combatirla efectivamente. Descubrí cómo pequeños cambios en tu dieta pueden mostrarte cómo evitar la anemia. Accedé a Diagnóstico Rojas

Los 7 alimentos para evitar la anemia 

Incorporar estos alimentos a tus comidas es una estrategia poderosa para prevenir la deficiencia de hierro.

  1. Carnes rojas magras: La carne de vaca, especialmente cortes magros como lomo o cuadril, es una de las fuentes más ricas en hierro hemo, el tipo de hierro que el cuerpo absorbe con mayor facilidad. Incluirla con moderación 2-3 veces por semana marca una gran diferencia.
  2. Lentejas y porotos: Ideales para todos, pero especialmente para quienes siguen dietas basadas en plantas. Estas legumbres son una fuente excelente de hierro no hemo. Para mejorar su absorción, acompáñalas con alimentos ricos en vitamina C, como una ensalada de tomate.
  3. Espinacas y acelga: Estas verduras de hoja verde están cargadas de hierro y ácido fólico, una vitamina B esencial para la producción de glóbulos rojos. Saltearlas con un poco de ajo y limón es delicioso y nutritivo.
  4. Hígado: Es, por excelencia, el alimento más concentrado en hierro. Aunque no a todos les agrada su sabor, incorporarlo ocasionalmente (por ejemplo, en un paté casero) es un recurso infalible.
  5. Yema de huevo: Un alimento accesible y versátil. La yema contiene una cantidad significativa de hierro. Disfrútala en tortillas y revueltos.
  6. Mariscos: Almejas, mejillones y ostras son potencias nutricionales con un altísimo contenido de hierro hemo. Son una opción excelente para variar la dieta.
  7. Frutos secos y semillas: Los pistachos, las almendras y, sobre todo, las semillas de zapallo (pepitas) son grandes fuentes de hierro. Perfectos para picar entre horas o agregar a ensaladas y yogur.

Lectura recomendada: Anemia Aplásica: Métodos de detección y pruebas necesarias 

¿Cuál es la mejor fruta para combatir la anemia?

Los cítricos son los campeones. Naranjas, mandarinas, pomelos, limones y, especialmente, el kiwi, son extraordinariamente ricos en vitamina C

Esta vitamina es crucial porque transforma el hierro no hemo (de los vegetales) en una forma que el cuerpo puede absorber mucho mejor. Un kiwi en el desayuno potencia todo lo que comas después.

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¿Qué desayunar si tengo anemia?

Un desayuno ideal combina hierro y vitamina C. Por ejemplo:

  • Una bowl de yogur natural con granola fortificada con hierro, frutos rojos y semillas de zapallo
  • Tostadas de pan integral con paté de hígado casero y un vaso de jugo de naranja natural
  • Huevos revueltos con espinacas y un tomate fresco

Infografía alimentos para evitar la anemia

¿Qué es bueno para curar la anemia rápido?

Es importante entender que "rápido" implica seguir las indicaciones de un médico. Si sospechás que tenés anemia, debés consultar con un profesional de la salud. El tratamiento rápido y efectivo suele combinar:

  1. Suplementos de hierro: Recetados por un médico, que indicará la dosis y duración exacta necesaria.
  2. Dieta enriquecida: Justamente como la que proponemos con los 7 alimentos.
  3. Identificar la causa: El tratamiento debe abordar la razón de la anemia (pérdida de sangre, mala absorción, etc.).

Cómo evitar la anemia está al alcance de tu mesa. Priorizar una dieta variada, rica en los alimentos mencionados y combinándolos inteligentemente con vitamina C, es la clave. 

Escuchá a tu cuerpo, y si tenés síntomas, no dudes en buscar la guía de un médico para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado. 

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Microangiopatía: Causas, Diagnóstico y Prevención

Microangiopatía: Causas, Diagnóstico y Prevención

La microangiopatía es un trastorno silencioso que afecta los pequeños vasos sanguíneos. Conocé por qué ocurre, cómo se detecta y las claves para proteger tu salud cerebral y cardiovascular a largo plazo.

¿Alguna vez escuchaste el término “microangiopatía” en una consulta médica o en los resultados de un estudio y te quedaste con dudas? Entender qué es la microangiopatía es el primer paso para cuidar activamente nuestra salud. En este artículo, te lo explicamos de manera simple y clara. Descubrí Diagnóstico Rojas.

Microangiopatía: ¿Qué es?

Para entender qué es la microangiopatía, primero imaginemos nuestro sistema sanguíneo. Tenemos las grandes arterias (autopistas) y unos vasos muchísimo más pequeños y delgados llamados capilares (las calles pequeñas y vecinales). La microangiopatía es justamente el daño o enfermedad que afecta a estos pequeños vasos sanguíneos y capilares.

Cuando estas “calles vecinales” se dañan, se endurecen, se estrechan o se vuelven más permeables, la circulación de la sangre hacia órganos vitales como el cerebro, el corazón, los riñones o los ojos se ve afectada. Al no recibir el oxígeno y los nutrientes necesarios, el funcionamiento de estos órganos puede comenzar a fallar lentamente.

¿Cuáles son las causas de la microangiopatía?

Las causas de la microangiopatía suelen estar vinculadas, en la mayoría de los casos, a condiciones que llevan muchos años de evolución. Las principales son:

  • Hipertensión arterial: Es la causa número uno. La presión alta constante golpea y lastima las paredes finas de estos pequeños vasos.
  • Diabetes mellitus: Los niveles altos de azúcar en la sangre con el tiempo son tóxicos para los capilares, dañando su estructura.
  • Colesterol elevado (Dislipidemia): Contribuye a la formación de placas que pueden obstruir también estos vasos pequeños.
  • Tabaquismo: Las toxinas del cigarrillo dañan directamente el interior de todos los vasos sanguíneos, incluidos los más pequeños.
  • Edad avanzada: Con los años, es natural que algunos vasos se endurezcan (arterioesclerosis).

Diagnóstico y una condición cerebral específica

Diagnosticar la microangiopatía depende del órgano que se sospeche afectado. Muchas veces se descubre de manera incidental en un estudio o cuando se buscan secuelas de origen microangiopático.

Un ejemplo común en el cerebro es la leucoencefalopatía microangiopática. Este término se refiere a los cambios que se ven en la sustancia blanca del cerebro debido al daño en sus pequeños vasos. El principal estudio para detectarla es una resonancia magnética cerebral, donde el médico neurorradiólogo puede observar ciertas señales características (usualmente descritas como “hiperintensidades de la sustancia blanca”).

El diagnóstico siempre lo debe hacer un médico, quien correlacionará estos hallazgos con tu historial clínico (si tienes presión alta, diabetes, etc.) y tus síntomas.

¿Cómo tratar la microangiopatía cerebral y prevenir sus secuelas?

La gran pregunta es ¿cómo tratar la microangiopatía cerebral? Lo más importante es entender que el objetivo principal es frenar su progresión y manejar las condiciones que la causan. El tratamiento no suele “revertir” el daño existente, pero evita que empeore significativamente.

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¿Qué son las secuelas de origen microangiopático?

Las secuelas de origen microangiopático pueden incluir problemas de memoria, dificultades para caminar con equilibrio, o incluso un mayor riesgo de accidente cerebrovascular (ACV). Por eso, la prevención es la mejor herramienta.

Imagen representativa de una microangiopatía
La microangiopatía es la enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos y capilares.

Claves para la prevención

  1. Controlar tu presión arterial: Es el paso más importante. Chequeala regularmente y seguí las indicaciones de tu médico.
  2. Manejar tu diabetes: Si tenés diabetes, controlar estrictamente los niveles de azúcar en sangre es fundamental.
  3. Llevar una dieta saludable: Reducí el consumo de sal, grasas saturadas y azúcares. Optá por frutas, verduras y granos integrales.
  4. Hacer ejercicio regular: 30 minutos de actividad moderada la mayoría de los días de la semana hacen una gran diferencia.
  5. No fumar: Dejar de fumar es uno de los cambios más beneficiosos para tu salud vascular.
  6. Chequeos médicos regulares: No subestimes el poder de un control anual. Permite detectar y tratar a tiempo cualquier irregularidad.

Cuidar de nuestros pequeños vasos sanguíneos es una inversión a largo plazo para una vejez con mayor independencia y calidad de vida. Siempre consultá con un profesional de la salud para un diagnóstico y tratamiento personalizado.

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