El Ejercicio como Aliado en el Tratamiento de la Artritis Reumatoide

Muchas personas con Artritis Reumatoide evitan el ejercicio por temor a empeorar sus síntomas. Sin embargo, una rutina adecuada puede ser el mejor complemento para aliviar el dolor, mejorar la movilidad y fortalecer las articulaciones. Descubrí qué ejercicios son seguros y beneficiosos para tu condición.

La Artritis Reumatoide es una condición que afecta las articulaciones de manera crónica, causando dolor, inflamación y rigidez. Aunque el movimiento puede parecer difícil en estas circunstancias, mantenerse activo es fundamental para mejorar la calidad de vida. Pero no se trata de cualquier actividad: elegir los ejercicios correctos y adaptarlos a tus necesidades personales es clave para aprovechar al máximo sus beneficios. Seguí leyendo en Diagnóstico Rojas.

Beneficios del ejercicio en la Artritis Reumatoide

El ejercicio es una herramienta poderosa en el tratamiento para la Artritis Reumatoide. Algunos de sus beneficios incluyen:

  • Reducción del dolor: Al fortalecer los músculos que rodean las articulaciones, disminuye la tensión sobre ellas
  • Mejor movilidad: Las actividades regulares mejoran la flexibilidad y ayudan a prevenir la rigidez
  • Aumento de la fuerza: Ejercitarte de manera constante puede fortalecer las articulaciones, reduciendo el riesgo de lesiones
  • Beneficios emocionales: El ejercicio también mejora el estado de ánimo y combate el estrés asociado con esta condición crónica.

Rutina de ejercicios para Artritis Reumatoide

1. Actividades de bajo impacto

Son ideales para personas con Artritis Reumatoide porque minimizan el estrés en las articulaciones. Algunas opciones son:

  • Natación: El agua reduce el peso sobre las articulaciones, permitiéndote moverte sin dolor mientras fortalecés músculos y mejorás tu resistencia.
  • Caminatas: Caminar es una actividad accesible que mejora la circulación, fortalece las piernas y fomenta la salud cardíaca.
  • Yoga: Esta práctica combina estiramientos suaves, fortalecimiento muscular y técnicas de relajación, ayudando a reducir la rigidez.

2. Ejercicios de fuerza

  • Pesas ligeras o bandas de resistencia: Trabajar con resistencia ligera es una excelente forma de fortalecer los músculos y proteger las articulaciones.
  • Ejercicios con peso corporal: Movimientos como sentadillas suaves o levantar el propio peso son efectivos para mejorar la fuerza sin requerir equipos complicados.

3. Estiramientos diarios

  • Estiramientos suaves: Dedicá 10 minutos al día a estirar tus músculos principales, como los brazos, las piernas y el cuello.
  • Movilidad articular: Realizá movimientos circulares lentos con las muñecas, los tobillos y los hombros para mantener las articulaciones lubricadas.

4. Ejercicios aeróbicos moderados

  • Bicicleta estática: Fortalece las piernas y mejora la salud cardiorrespiratoria sin impactar tus articulaciones.
  • Baile suave: Bailar al ritmo de música relajada puede ser divertido y beneficioso para tu cuerpo.

¿Qué ejercicios no debo hacer si tengo Artritis Reumatoide?

Es fundamental evitar actividades de alto impacto que puedan agravar los síntomas. Entre las actividades no recomendadas se encuentran:

  • Correr largas distancias: El impacto constante puede dañar las articulaciones inflamadas.
  • Saltos o ejercicios explosivos: Este tipo de movimientos pueden causar lesiones o aumentar la inflamación.
  • Deportes de contacto: Fútbol, rugby o cualquier actividad que implique colisiones podría generar dolor o lesiones.

Siempre consultá a tu médico antes de probar nuevos ejercicios para asegurarte de que sean seguros para tu condición.

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¿Qué actividad física es buena para la artritis?

Las mejores actividades físicas para la Artritis Reumatoide son aquellas que:

  • Mejoran la movilidad sin forzar las articulaciones.
  • Incrementan la fuerza muscular para proteger las articulaciones.
  • Favorecen la salud cardíaca y el bienestar general.

Algunas opciones populares son el yoga, la natación, la bicicleta estática y los ejercicios de estiramiento. Estas actividades no solo son efectivas, sino también seguras si se realizan correctamente.

Importancia de adaptar el ejercicio a cada persona

No todas las rutinas funcionan para todos. Por eso, es crucial ajustar los ejercicios a tu nivel de actividad y tus síntomas actuales. Seguir estos consejos te ayudará a evitar lesiones y obtener el máximo beneficio:

  • Comenzá despacio: Iniciá con sesiones cortas y aumentá la intensidad de manera progresiva.
  • Prestá atención a tu cuerpo: Si un ejercicio te genera dolor, suspendelo y consultá a un profesional.
  • Consultá a un especialista: Un fisioterapeuta puede diseñar una rutina personalizada que considere tus necesidades específicas.

El rol de la fisioterapia y el tratamiento integral

El tratamiento para Artritis Reumatoide con fisioterapia es fundamental para quienes desean mantenerse activos. Los fisioterapeutas pueden:

  • Diseñar ejercicios personalizados para fortalecer las articulaciones.
  • Aplicar técnicas de terapia manual para aliviar el dolor.
  • Enseñar cómo realizar movimientos diarios sin forzar las articulaciones.

Complementar el ejercicio con otros tratamientos como medicamentos, una dieta equilibrada y descanso adecuado es clave para un enfoque integral.

Persona con artritis reumatoide haciendo ejercicios

Las actividades de bajo impacto mejoran la movilidad articular.

¿Cuál es el mejor tratamiento para la Artritis Reumatoide?

El mejor tratamiento para la Artritis Reumatoide combina varias estrategias, como:

  1. Medicación: Los medicamentos recetados por el médico ayudan a reducir la inflamación y controlar los síntomas.
  2. Fisioterapia: Un fisioterapeuta puede ayudarte a mantenerte activo y prevenir complicaciones.
  3. Ejercicio regular: Las rutinas adaptadas son clave para mejorar la fuerza, movilidad y salud emocional.
  4. Dieta saludable: Consumí alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, antioxidantes y vitaminas para reducir la inflamación.

¿Una persona con Artritis Reumatoide puede hacer ejercicio? 

Definitivamente sí. La clave está en elegir actividades de bajo impacto, adaptar la rutina a tus necesidades y consultar siempre con un profesional de la salud. Incorporar ejercicios para personas con esta condición como el yoga, la natación o las caminatas no solo mejora tu movilidad y reduce el dolor, sino que también incrementa tu bienestar general. 

Si tenés alguna duda sobre qué ejercicio y/o deporte podrías practicar, consultalo con tu médico o reumatólogo.

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