¿Se puede amamantar con fiebre?

Los cuadros febriles pueden generar muchas dudas relacionadas con la lactancia materna: ¿Debe suspenderse? ¿Qué pasa si recibe medicamentos? ¿Qué es mejor para el bebé?

La leche materna proporciona al lactante la forma más completa de nutrición:

  • Tiene las cantidades adecuadas de nutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas).
  • Aporta flora intestinal, proteínas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas que el bebé necesita.
  • Posee anticuerpos maternos que ayudan a evitar que el bebé se enferme. En especial, durante los primeros meses de vida, las defensas propias del bebé recién comienzan a desarrollarse y la protección contra enfermedades depende de los anticuerpos que la madre le ha transmitido durante el embarazo y los que sigue aportándole con la leche materna. 
  • Los bebés alimentados con leche materna son menos propensos a enfermarse y desarrollar alergias. 

Una duda muy frecuente es: ¿se puede amamantar con fiebre? 

La respuesta es sí: la fiebre no es contraindicación para la lactancia materna.

Es muy, muy infrecuente la necesidad de suspender la lactancia por alguna enfermedad materna, ya sea transitoriamente o de manera permanente. 

Durante cualquiera de las enfermedades comunes que pueden acompañarse de fiebre, como gripe, dolor de garganta, malestar gastrointestinal, infección urinaria, etc., se debe continuar amamantando. 

En caso de necesitar algún medicamento (por ejemplo, un antibiótico), informe al médico que se encuentra amamantando para que le indique fármacos compatibles con la lactancia. La mayoría de los medicamentos son seguros y si fuera necesario, hay alternativas para aquellos que no es conveniente recibir en el período de lactancia.

Para su bebé, lo mejor que puede hacer si tiene fiebre es continuar amamantándolo:

  • La leche materna no transmitirá su enfermedad al bebé, sino que, por el contrario, le pasará anticuerpos específicos que ayudarán a las defensas del bebé; 
  • Los anticuerpos transmitidos con la leche materna son la mejor forma ya sea, para prevenir que el bebé se enferme o para ayudar a su rápida recuperación. 
  • Las chances de que su bebé se contagie son mayores por contacto directo que por amamantar. Suspender la lactancia materna porque tiene fiebre no evitará que el bebé probablemente se contagie por la convivencia y además, lo privará de las defensas que puede transmitirle y la mejor nutrición e hidratación con la leche materna. 

Es fundamental que mantenga la frecuencia de la lactancia y recuerde beber abundante agua, debido a que la fiebre causa deshidratación.

Medidas para ayudar a prevenir que su bebé se contagie: 

  • Lávese las manos con frecuencia, con agua y jabón o con un sanitizante; asegúrese de que sus manos estén siempre limpias siempre antes de tocar a su bebé.
  • No se coloque el chupete o sonajero del bebé en la boca antes de dárselo.
  • Evite toser o estornudar encima del bebé.
  • Limite el contacto cara a cara, como besar al bebé en la cara, mientras está enferma (podrá hacerlo plenamente en cuanto se sienta bien).

La única contraindicación relativa y transitoria para amamantar en caso de fiebre, es que se sienta demasiado cansada para hacerlo. En ese caso, es conveniente que se extraiga la leche regularmente con un sacaleche (puede dársela al bebé si no recibe ningún medicamento que esté contraindicado). De este modo, cuando se encuentre bien nuevamente, podrá continuar amamantando, sin que se haya reducido el volumen de leche ni se presente mastitis.

Si suspende la lactancia sus mamas pueden llenarse demasiado y causar mastitis, que además de ser dolorosa, también puede acompañarse de fiebre.

¿Qué pasa con la lactancia si hay mastitis?

  • La mastitis es muy frecuente: se presenta en 1 de cada 10 mujeres en período de lactancia. 
  • Ocurre cuando se acumula leche materna en los conductos galactóforos. El tejido alrededor se inflama y puede observarse como una zona roja, dolorosa y caliente. 
  • Puede haber síntomas que simulan una gripe, incluyendo escalofríos, decaimiento general e incluso, fiebre. 
  • Puede haber secreción por el pezón o puede palpar un bulto detrás de él, en la mama.
  • En caso de mastitis es importante seguir amamantando, aunque sea doloroso y molesto. Es necesario evitar que la leche se acumule en los conductos. El bebé no tendrá ningún problema. 
  • Recuerde beber abundante agua, use un corpiño suave y flojo, sin aros, y descanse. Puede tomar ibuprofeno o paracetamol para disminuir el dolor y la fiebre.