Menopausia y cáncer de mama

Menopausia y cáncer de mama

La menopausia no causa cáncer de mama ni aumenta de por sí, el riesgo de presentarlo.

El riesgo de desarrollar cáncer de mama, así como el de otros tumores malignos, aumenta con el envejecimiento. Los dos factores de riesgo más importantes que vinculan la menopausia y el cáncer de mama son el aumento de la exposición a las hormonas sexuales femeninas (estrógenos) y la cantidad de ciclos previos de ovulación.

Una duda frecuente que recibimos en Diagnóstico Rojas es qué relación tiene la menopausia con el cáncer de mama. La menopausia no causa cáncer de mama. Sin embargo, es sabido que el riesgo de desarrollar cáncer de mama y otros tumores malignos, aumenta con la edad. Por lo tanto, el riesgo de cáncer de mama durante y después de la menopausia tiene relación con el incremento de la edad de la mujer. 

En otras palabras, la edad es el factor de riesgo individual más importante. La mayor parte de las mujeres con diagnóstico de cáncer de mama tienen más de 40 años de edad y aproximadamente la mitad, han superado los 60 años. 

¿Cómo afecta la edad el riesgo de cáncer de mama?

Los dos hechos principales que se vinculan con el riesgo de cáncer de mama durante y después de la menopausia son:

  • La mayor exposición a las hormonas sexuales femeninas, es decir los estrógenos, y
  • El mayor número de ciclos ovulatorios.

Las mujeres que menstrúan durante más años, presentan mayor número de ciclos con ovulación, lo cual aumenta el riesgo de cáncer de mama. Esto incluye a las mujeres que:

  • Presentan la menarca (primera menstruación) antes de los 12 años y/o,
  • Comienzan la menopausia después de los 55 años 

¿Qué papel tienen los anticonceptivos orales y la terapia de reemplazo hormonal, en el cáncer de mama en la menopausia?

La evidencia científica indica que cuanto mayor es el tiempo de exposición a los estrógenos, ya sean producidos por el propio organismo o aportados por medicamentos, mayor es la probabilidad de desarrollar cáncer de mama. A partir de las primeras formulaciones, los anticonceptivos hormonales (ACO) y la terapia de reemplazo hormonal (TRH) han sustituido los estrógenos más potentes por compuestos menos potentes, que podrían asociarse con menor riesgo de cáncer de mama.

Sin embargo, el papel de los ACO y especialmente de la THR, en el riesgo de cáncer de mama, está en permanente revisión y es tema de debate activo. La indicación tanto de ACO en la perimenopausia (debido a que aún hay riesgo de embarazo en esa etapa de la vida fértil) como de TRH (cuando los síntomas de la menopausia la justifican), debe realizarla un profesional especialista en ginecología. Es fundamental considerar todos los antecedentes personales y familiares de cada mujer y, especialmente, sus deseos y necesidades individuales. Cada indicación debe ser personalizada.

Algunas mujeres presentan menopausia temprana por razones médicas, por ejemplo, una cirugía en la que se extirpan los ovarios. En tal caso, el especialista será quien indique cuándo y cómo utilizar terapia hormonal u otros medicamentos para mantener la salud ósea. 

Para toda la población, independientemente de la edad, es importante conocer los factores de riego de cáncer de mama. Aunque algunos de ellos no pueden modificarse, más del 90 % de los cánceres de mama están relacionados con factores medioambientales y con el estilo de vida, sobre los que se puede actuar

Modificar los hábitos de vida es la medida más eficaz de prevención no solo del cáncer de mama, sino también de otros tumores malignos. Las recomendaciones básicas son: mantener un peso saludable, realizar ejercicio con regularidad, adoptar una dieta saludable, eliminar el tabaco y beber alcohol con moderación. Todas estas medidas aportan amplios beneficios para la salud general. Investigue más sobre este tema en el artículo sobre “Factores de riesgo del cáncer de mama“.

¡No olvides realizar tu Mamografía Digital!

Hacé click y solicitá un turno en alguna de nuestras sedes

Solicitá tu turno ahora

Preparación para la mamografía (convencional, digital y tomosíntesis 3D)

Preparación para la mamografía (convencional, digital y tomosíntesis 3D)

La preparación para la mamografía es igual, cualquiera sea la técnica del estudio: mamografía convencional, mamografía digital o tomosíntesis 3D.

La mamografía es la herramienta fundamental para la detección temprana y el diagnóstico del cáncer de mama. En paralelo con los avances tecnológicos, los equipos para realizar la mamografía han evolucionado para brindar mejor calidad de imágenes y mayor confort a las mujeres que se realizan el estudio. A la mamografía convencional se han agregado la mamografía digital y, más recientemente, la tomosíntesis 3D.

En otras notas en este blog puede informarse acerca de las ventajas y características que diferencian a la mamografía digital y la tomosíntesis 3D, de la mamografía convencional. Sin embargo, cualquiera sea la técnica empleada, la mamografía es un estudio seguro, indoloro, ambulatorio, que no requiere ayuno ni tampoco ninguna medicación.

La preparación para la mamografía es la misma para todas las técnicas del estudio y consiste básicamente en no colocarse ningún producto de higiene personal o cosmetológico: desodorante, talco, crema, perfume u otro. Estos productos pueden interferir con el resultado del estudio, al generar imágenes que podrían confundirse con calcificaciones.

Puntualizando algunos conceptos sobre la preparación para la mamografía

  • La mamografía es un estudio ambulatorio, es decir, que se realiza sin ningún tipo de internación y al terminar, se retira del lugar para continuar con sus actividades diarias normalmente.
  • No es necesario que concurra acompañada, pero puede hacerlo si le ayuda a estar más relajada.
  • No se requiere ninguna medicación previa ni se utiliza ningún tipo de anestesia.
  • No se requiere estar en ayunas para la mamografía.
  • El estudio tiene una duración aproximada de 10 minutos.
  • Se aconseja concurrir con ropa cómoda, fácil de quitar, debido a que le pedirán que deje al descubierto el pecho.
  • Se aconseja no llevar objetos metálicos (aros, dijes, pulseras, etc.), pero si ha concurrido con alguno de ellos el día del turno programado, se le solicitará que se los quite para realizar la mamografía.
  • Es importante que el día del turno programado para el estudio, lleve la orden del médico que lo solicita, con la correspondiente autorización si fuera requerida, y los estudios mamarios previos (placas fotográficas o CD). Los estudios previos son importantes para determinar si una imagen es nueva o bien para comparar en el tiempo los cambios en alguna imagen ya conocida (tamaño, densidad, etc.)

La mamografía es indolora. Sin embargo, debido a la necesidad de comprimir las mamas durante unos pocos minutos, es habitual sentir molestias. Se ha informado que las mujeres con mamas fibroquísticas y quienes sufren más cambios en los senos durante el ciclo menstrual, tienen mayor sensibilidad. Por este motivo, se recomienda realizar la mamografía una semana antes o después de la menstruación, cuando los senos son menos sensibles.

Si existe alguna sospecha o posibilidad de que esté embarazada cuando concurre a realizarse la mamografía, es importante que lo comunique al médico o técnico. La mamografía se considera segura durante el embarazo y la lactancia debido a que se utilizan dosis muy bajas de radiación. Sin embargo, es posible que el médico prefiera sustituir la prueba por otro estudio por imágenes, como la ecografía mamaria. 

¡No olvides realizar tu Mamografía Digital!

Hacé click y solicitá un turno en alguna de nuestras sedes

Solicitá tu turno ahora

Causa de la ectasia ductal en mujeres jóvenes

Causa de la ectasia ductal en mujeres jóvenes

La ectasia ductal es una afección muy frecuente y se la considera la segunda causa de enfermedades benignas de la mama. De manera simple, se trata de un problema inflamatorio de los conductos galactóforos de las mamas, y no se asocia con cáncer. Típicamente, se presenta con más frecuencia en las mujeres premenopáusicas, pero también se diagnostica ectasia ductal en mujeres jóvenes.

Los conductos galactóforos son los ductos para la secreción de leche por el pezón. Ectasia ductal significa: ensanchamiento de un conducto mamario. Por motivos que no se conocen con certeza, un conducto galactóforo de calibre mediano o grande, puede dilatarse, sus paredes se adelgazan y se produce el acúmulo de secreciones espesas en la luz del ducto.

Los principales conceptos acerca de la ectasia ductal son: que es muy frecuente, es un hallazgo inespecífico, se trata de un proceso de tipo inflamatorio y no se asocia con riesgo aumentado de cáncer. 

La ectasia ductal se diagnostica típicamente en la premenopausia, habiendo sido vinculada con los cambios normales en los tejidos y los niveles hormonales. Sin embargo, también hay un pequeño aumento de la frecuencia de ectasia ductal en mujeres jóvenes, en la adolescencia tardía o alrededor de los 20 años de edad. A dicha edad, es más frecuente la presencia de pezones invertidos y puede producirse obstrucción de un ducto, que se dilata, originando una respuesta inflamatoria. 

La ectasia ductal en mujeres jóvenes es más frecuente en las fumadoras. El tabaquismo ha sido asociado con inflamación de los conductos galactóforos. 

Como se explica en otra nota en este blog, puede ocurrir que las secreciones retenidas en el conducto obstruido, drenen por el pezón. Estas secreciones son espesas, de color variable. Cuando se presenta inflamación del tejido mamario (mastitis), se observa enrojecimiento y sensibilidad del pezón y el tejido adyacente. Si se agrega infección bacteriana, la presentación puede ser con fiebre, signos locales de infección y formación de pus. 

El diagnóstico de la ectasia ductal en mujeres jóvenes es clínico y no se requieren estudios específicos. En caso de que el médico a cargo lo solicite, una ecografía mamaria puede aportar información complementaria (solicite un turno aquí).

Puede informarse acerca del tratamiento de la ectasia ductal en el siguiente artículo: Tratamiento para la ectasia ductal.

Enfermedad de Paget de la mama

Enfermedad de Paget de la mama

La enfermedad de Paget de la mama es una forma poco frecuente de presentación del cáncer de mama, en la cual se asocian una patología localizada en la piel del pezón y un carcinoma subyacente.

La enfermedad de Paget de la mama es una forma de presentación poco común de cáncer de mama. Fue descripta por primera vez por Velpeau en 1856, pero fue James Paget, en 1874, quien realizó una descripción más detallada de sus características. 

La enfermedad representa entre el 1 % y el 3 % de todas las neoplasias malignas de mama, a nivel mundial. Se presenta habitualmente a partir de la quinta década de la vida y es mucho más frecuente en las mujeres que en los varones.

En la enfermedad de Paget de la mama se asocia una alteración patológica de la piel del pezón con un carcinoma subyacente. El tumor maligno subyacente se detecta en el 96 % al 100 % de las veces; sin embargo, en un pequeño porcentaje de casos, se presenta solamente el compromiso del pezón y/o la aréola, sin hallarse el cáncer subyacente. 

La lesión del pezón se caracteriza por la presencia de células epiteliales glandulares malignas, conocidas como células de Paget. Es habitual que además haya inflamación de la piel del pezón y la aréola vecina, que pueden confundir el cuadro con una dermatitis u otras afecciones benignas de la piel. 

El tumor maligno subyacente puede consistir en un carcinoma ductal in situ o invasivo. El pronóstico se basa principalmente en el estadio del componente invasor.

¿Cómo se presenta la enfermedad de Paget en la mama?

En general, los signos y síntomas afectan un solo seno. Es habitual que la enfermedad de Paget comience en el pezón y se extienda hacia la aréola que lo rodea.

Es muy fácil confundir la presentación clínica de la enfermedad de Paget mamaria con una dermatitis eccematosa (inflamación de la piel por alergia), una micosis (infección por hongos) u otras afecciones de la piel no cancerosas.

Los signos y síntomas que pueden presentarse en el pezón y la aréola o piel vecinas pueden ser: 

  • Piel escamosa sobre el pezón,
  • Piel quebradiza, agrietada o endurecida, que puede supurar
  • Picazón o ardor
  • Enrojecimiento 
  • Secreción por el pezón
  • Pezón aplanado o invertido (hacia dentro) 

Es importante que el ginecólogo tenga presente esta patología cuando se encuentre con una lesión de aspecto eccematoso (alérgico) o ulcerado del pezón, en una mujer que ha superado la quinta década de la vida. El diagnóstico temprano mejora el pronóstico de la enfermedad.

Aproximadamente el 50% de los casos presentan un tumor palpable en un seno, por lo que es fundamental la detección temprana. En la etapa diagnóstica suelen utilizarse los estudios por imágenes habituales: mamografía digital y ecografía mamaria. El diagnóstico se confirma mediante la biopsia de la lesión, con la presencia de las células de Paget características. 

Actualmente, hay dos teorías que tratan de explicar el origen de las células de Paget: 1) que las células proceden de un carcinoma ductal mamario preexistente y migran siguiendo los conductos galactóforos hasta la piel del pezón y, 2) que algunas células de la epidermis del pezón se transforman en malignas y desarrollan la lesión localizada, independientes de cualquier carcinoma ductal subyacente. Esta segunda teoría podía explicar los casos de la enfermedad sin carcinoma asociado. 

Los factores de riesgo son los mismos que se conocen para el cáncer de mama, en general. Por lo tanto, las principales medidas de prevención son mantener hábitos de vida saludables y realizar los controles periódicos, en especial cuando hay antecedentes familiares de cáncer de mama y/u ovario. 

Respecto del tratamiento, la mastectomía ha sido el tratamiento estándar para la enfermedad. Sin embargo, en algunos casos, en especial si no hay tumor palpable, el enfoque más conservador con radioterapia adyuvante puede ser una alternativa. La decisión debe basarse en cada situación individual, y deberá ser consensuada entre el equipo médico a cargo y la paciente. 

¡No olvides realizar tu Mamografía Digital!

Hacé click y solicitá un turno en alguna de nuestras sedes

Solicitá tu turno ahora

¡No olvides realizar tu Mamografia con Tomosintesis!

Hacé click y solicitá un turno en alguna de nuestras sedes

Solicitá tu turno ahora

Tumores benignos de mama

Tumores benignos de mama

Los tumores benignos de mama son los trastornos más frecuentes del tejido mamario, especialmente en la etapa de la vida con capacidad para procrear. Los estudios por imágenes como la ecografía mamaria y la tomosíntesis 3D, en ocasiones complementados con una punción-biopsia, han facilitado su diagnóstico sin necesidad de ninguna intervención quirúrgica.

Debido a que el cáncer de mama es la neoplasia maligna más frecuente en la mujer, existe mucha preocupación e interés en su detección temprana; sin embargo, la amplia mayoría de las lesiones que ocurren en las mamas son benignas. Los tumores benignos de mama pueden presentarse con una variedad de síntomas o pueden detectarse de manera casual en un estudio por imágenes.

La presencia de un nódulo palpable en la mama se puede deber a causas muy variadas. Cerca de un 80 % de las veces, los nódulos corresponden a un tumor benigno. Los tumores benignos de mama más frecuentes son los fibroadenomas y los quistes simples. 

Tipos de tumores benignos de los senos

Fibroadenoma

  • El fibroadenoma es una lesión mamaria sumamente común. Es una afección de la etapa reproductiva de la vida: suele ser más frecuente entre los 15 y los 35 años. 
  • Es dependiente de los niveles hormonales, por lo cual involuciona con el resto del tejido mamario durante la perimenopausia. 
  • Generalmente se presenta como un nódulo firme al tacto, muy móvil, no doloroso. Se puede encontrar hasta en 25 % de las mujeres sin síntomas.
  • Aunque habitualmente es unilateral, en el 20 % de los casos puede haber lesiones múltiples en la misma mama o en ambas.

Quistes simples 

  • Los quistes son lesiones redondeadas u ovaladas, llenas de líquido, de tamaño variable (desde microquistes hasta quistes de varios centímetros) 
  • Están presentes en un tercio de las mujeres con edad entre 35 y 50 años. 
  • El diagnóstico se realiza con los estudios por imágenes y, si el médico lo solicita, con una punción con aguja fina. 
  • La gran mayoría de los quistes no se asocia con riesgo aumentado de cáncer y solo se requiere su seguimiento. 

Cambios fibroquísticos

  • Constituyen el trastorno benigno de las mamas más frecuente. Se conoce también con otros nombres: enfermedad fibroquística, mastopatía fibroquística, etc.
  • Clínicamente, se detecta hasta en el 50 % de las mujeres con edad entre 20 y 50 años.
  • Los cambios fibrosquísticos suelen ser multifocales y bilaterales, y pueden incluir la presencia de quistes y/o lesiones sólidas. 
  • La causa no se conoce exactamente, pero se vincula con un desequilibrio hormonal.
  • La presentación más común es con mamas dolorosas y nódulos sensibles. 
  • Algunos de los cambios pueden asociarse con riesgo de cáncer de mama, pero lo más importante son los antecedentes familiares y la edad de comienzo del trastorno. Aun así, más del 80 % de las pacientes con cambios atípicos nunca desarrollan cáncer de mama. 

Con los avances de los últimos años en las técnicas por imágenes (mamografía digital y tomosíntesis 3D, ecografía mamaria), así como en las intervenciones mínimamente invasivas (punción-biopsia guiada), ha aumentado la capacidad para detectar temprano las lesiones sospechosas y para diagnosticar los tumores benignos, sin necesidad de cirugía.  

Es importante reconocer los tumores benignos y evaluar el riesgo individual de desarrollar cáncer, para establecer la mejor opción de tratamiento para cada mujer.   

En caso de “encontrar un bulto” o nódulo palpable en un seno, debería consultar al médico si:

  • Un área de la mama se torna claramente diferente (asimetría) 
  • El nódulo en la mama o en la axila permanece igual durante todo el ciclo menstrual o aumenta progresivamente de tamaño
  • El nódulo cambia de forma o contorno, o su consistencia es dura y no se desplaza al intentar moverlo con los dedos (está fijo)
  • Se presenta secreción (de cualquier tipo) por el pezón
  • La piel de la mama o del pezón muestra cambios: enrojecimiento, hundimiento, engrosamiento, aspecto de “piel de naranja”, etc.

¿Necesitas realizarte una Punción Mamaria?

Hacé click y solicitá un turno en alguna de nuestras sedes

Solicitá tu turno ahora

¡No olvides realizar tu Mamografía Digital!

Hacé click y solicitá un turno en alguna de nuestras sedes

Solicitá tu turno ahora

¡No olvides realizar tu Mamografia con Tomosintesis!

Hacé click y solicitá un turno en alguna de nuestras sedes

Solicitá tu turno ahora

Salir de la versión móvil