Mama densa como indicador de riesgo del cáncer mamario

Mama densa como indicador de riesgo del cáncer mamario

La densidad mamaria cuya traducción mamográfica es llamada “mama densa” es un tópico de alto interés, estudio y responsabilidad del acto médico.

Una de la connotaciones más importantes de la densidad de mama es la falla en detectar correctamente el cáncer mamario, ello se atribuye a una de las siguientes cuatro causas:

  • Limitaciones de la mamografía (sobre todo la analógica, screen-film en mama densa)
  • Inadecuada y deficitaria técnica (mala calidad)
  • Signos inusuales de cáncer,por su tamaño pequeño,no poseer claros signos mínimos de detección
  • Error de interpretación.

Además, la presencia de alta densidad en la glándula mamaria, incluye una mayor cantidad de epitelio ductal y según algunos estudios el incremento del epitelio puede producir una alta predisposición en desarrollar cáncer de mama.

Existen varios países que han realizado modificaciones reglamentarias llevándose del plano de la justicia la obligación de ejercer un control mamográfico adecuado en calidad y asociado a la ultrasonografía.

Lo más importante es la obligación de notificar al paciente del tipo de densidad glandular que posee en la mama y su necesidad de realizar más investigaciones entre ellas el control periódico con estudios complementarios.

La mamografía digital directa

Se recomienda, por claras ventajas el uso de mamografía digital y sobre todo de tipo directo, un proceso primordial para el estudio de la mama densa. Se deben incluir  tomosíntesis, ultrasonografía o ecografía de toda la mama y resonancia magnética  contrastada con gadolinium.

La densidad mamaria no es una entidad permanente o fija. La densidad varía por cambios fisiológicos, edad y calidad mamográfica. El riesgo relativo a tener cáncer en una mujer con tejido mamario heterogéneo comparada con la mujer promedio es aproximadamente 1.2, en cambio con mamas extremadamente densas es de 2.1. Repetimos lo dicho, reconocemos que la mamografía digital se reduce mucho tanto los falsos positivos como negativos, por el mayor detalle y consecuente mejor análisis de las zonas mamarias con mayor densidad y por ende muy superior a la mamografía analógica.

El estudio mamográfico de la mama densa  no deberá ser confundido con las referencias que un examen clínico aporta, tal como pechos firmes o tensos u duros. Puede existir clínicamente una mama con pechos tensos o firmes y no ser mamográficamente una mama densa.

Hemos constatado entre nuestros pacientes sometidos a mamografía que sólo un 38 a 42 % poseen mamas densas. Además la interpretación de la mama densa puede variar de observador a otro y se han desarrollado sistemas computados donde la apreciación humana queda de lado. Hoy día los centros como Diagnostico Rojas introdujeron un software que permite tener una evaluación física matemática de la proporción de tejido glandular existente en la mama de sus pacientes.

Teniendo esa información, nuestra norma es comunicarle al mastólogo que el paciente entraría en un protocolo de seguimiento anual donde entre otros estudios se relacionan la mamografía digital directa con un estudio ultrasonográfico/ecotomográfico y resonancia magnética nuclear de mamas.

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¿Qué es un Nódulo mamario?

¿Qué es un nódulo mamario?

Un nódulo mamario, en términos médicos es un bulto en el pecho: un bulto o tumoración en la mama, palpable y que puede ser doloroso.

Es un motivo muy frecuente de consulta al médico general o al especialista. La mayoría de estas lesiones en la mama son descubiertas por la propia mujer, muchas veces de forma accidental en la autoexploración rutinaria, o bien cuando tiene molestias glandulares y se explora. Otras veces, sin embargo, son un hallazgo en reconocimientos médicos o revisiones periódicas rutinarias.

¿Cómo se manifiesta el nódulo mamario?

La primera manifestación clínica suele ser la aparición de una o varias tumoraciones en una o ambas mamas. En ocasiones esa/s tumoracion/es pueden ser dolorosas o acompañarse de sensación de hinchazón o signos de inflamación, deformidad de la mama, retracción del pezón o incluso de secreción del mismo.

¿Cómo se diagnostica el nódulo mamario?

Ante una paciente que presenta un nódulo mamario, la base fundamental para el abordaje inicial está en la realización de una adecuada historia clínica. Es importante preguntar a la paciente por sus factores de riesgo, sus antecedentes personales y familiares de enfermedad y especialmente de cáncer de mama, medicamentos, la historia ginecológica y obstétrica previa, el motivo por el que acude a la consulta y el contexto en el que se desarrolla dicha visita.

El siguiente paso en el estudio de esta enfermedad es el examen físico en el que se intentará recoger la mayor cantidad posible de información sobre el nódulo mamario: número, localización, tamaño, forma, consistencia, delimitación, movilidad, fecha de aparición o detección y sus modificaciones con el ciclo menstrual, otros signos acompañantes, etc. Se examinarán también los ganglios linfáticos de las axilas y los existentes encima de las clavículas y en el cuello.

Por último, recurriremos a determinadas exploraciones complementarias que ayudarán a diagnosticar el tumor y, especialmente, a aclarar la naturaleza benigna o maligna del mismo:

¿Cuándo deberá acudir la paciente al especialista?

El primer lugar al que acude una mujer con un problema de la mama suele ser a su médico de familia, de ahí que éstos deban conocer estas anomalías patológicas y el modo de actuación con respecto a ellas.

En muchos casos el médico de Atención Primaria podrá manejar el problema, al menos inicialmente, sobre todo:

  • En mujeres jóvenes con nódulos más sensibles al dolor (o con grados leves o moderados de dolor) que no tengan lesiones palpables.
  • En mujeres menores de 50 años que presenten secreción del pezón sin otros problemas asociados y en los que se sospeche la posibilidad de que sea efecto secundario de un medicamento, por ejemplo.

En otros casos, que exponemos a continuación, la paciente deberá ser remitida al hospital para estudio especializado:

  • Todas las mujeres que presenten una tumoración palpable.
  • Secreción del pezón en mujeres mayores de 50 años y secreción del pezón sanguinolenta, persistente o problemática en mujeres jóvenes.
  • Dolor de pechos que interfiera con la calidad de vida o el sueño y que no haya respondido a tratamiento médico.
  • Retracción o distorsión del pezón, cambios en el contorno de la piel o eczema del pezón.
  • Antecedentes familiares importantes de cáncer de mama.
  • Nódulos asimétricos que persisten tras la menstruación.

¿Cómo se tratan los nódulos mamarios?

El tratamiento dependerá del diagnóstico realizado tras un estudio exhaustivo del nódulo mamario. El tratamiento podrá ir desde medicamentos (por ejemplo, antibióticos si se diagnostica un absceso mamario o determinados medicamentos hormonales en caso de enfermedad quística de la mama) hasta distintos procedimientos quirúrgicos (tumorectomía o extirpación simple del tumor conservando la mama, en caso de tumores benignos, hasta mastectomía o extirpación de toda la mama, en caso de cáncer).

Consideraciones finales

El examen mamario, realizado por la propia paciente, permite descubrir alteraciones de consistencia de la glándula mamaria, nódulos e incluso alteraciones más sutiles como retracciones de la piel. La gran ventaja de la autoexploración mamaria es que la mujer aprende a conocer sus mamas.

Muchas pacientes acuden a su médico de familia en primera instancia cuando presentan un problema en sus mamas. Este debe orientar el problema, resolverlo si está capacitado o enviar a la mujer al especialista cuando la situación lo requiera.

 

 

¿Qué es la técnica de Eklund?

¿Qué es la técnica de Eklund?

Se conoce como Técnica de Eklund a la práctica de una mamografía con la retropulsión de la prótesis mamaria en aquellas personas que cuentan con una.

¿El implante puede romperse durante la mamografía? ¿Las mujeres con prótesis necesitan estudios complementarios? Son sólo algunas de las dudas de las más de 200 mil argentinas que se sometieron a la operación.

Más de 200 mil argentinas poseen prótesis mamarias, y otras miles anualmente tienen previsto someterse a la operación.

En 2015 se realizaron 30 mil intervenciones de este tipo. La mayoría de las operaciones, de aumento o reducción mamaria, se practica en pacientes de entre los 19 y 50 años.

Ahora bien, desde que los implantes mamarios entraron en escena, en 1962, la comunidad científica debatió sobre el rol de la silicona, material constitutivo de la prótesis, en la aparición de algunas enfermedades generalizadas, que incluyen el cáncer y las respuestas autoinmunes.

Al no encontrarse evidencia científica que estableciera una relación peligrosa entre siliconas y problemas de salud, la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos un país donde 2 millones de mujeres las lleva autorizó, en 1992, la utilización de este tipo de implantes, dando por concluida una larga controversia.

Pero, hoy, la preocupación reaparece ante la sospecha de que el implante pueda interferir con un screening o exploración diagnóstica convencional, a la hora de detectar el cáncer de mama.

Frente a una paciente con prótesis, el radiólogo no debe conformarse con las tomas tradicionales, sino que debe realizar proyecciones adicionales, porque las prótesis son cuerpos opacos a los rayos X, y el tejido mamario que está por encima y por debajo de la prótesis queda tapado por ella.

Se realiza, entonces, una mamografía y además se practica la retropulsión de la prótesis. Esta técnica se conoce con el nombre de maniobra de Eklund y consiste en desplazar la prótesis hacia atrás y por ende el tejido mamario hacia adelante mientras se ejerce simultáneamente la compresión, así se mejora porcentualmente la cantidad de tejido mamario a radiografiar, y la posibilidad de comprimir la mama.

En las prótesis retromamarias, la maniobra de Eklund mejora en un 25 a 30% la visualización del tejido mamario. Por eso, luego de una mamografía, el grado de certeza en relación con la ausencia de lesiones mamarias ronda el 92%, en pacientes sin prótesis, y el 60% en el grupo con implantes

Por otro lado, cuando se estudia el tejido mamario, la mamografía busca poner en evidencia microcalcificaciones y/o nódulos. Sin embargo, hay un pequeño porcentaje de la mama que aparece oscurecido por la prótesis.

Como última instancia, si hay dudas con las dos técnicas previas, puede utilizarse la resonancia magnética” (RNM), una modalidad diagnósticas fiable para evaluar tanto la integridad del implante como el estado del tejido mamario, ya que las imágenes de alta sensibilidad que se obtienen no se ven afectadas por la opacidad de los implantes. Las limitaciones que presenta este estudio son los eventuales falsos positivos, y el costo.

Con el arsenal diagnóstico disponible, hoy se puede asegurar que las prótesis no entorpecen el diagnóstico de lesiones mamarias.

¿Mito o realidad?

¿El implante puede romperse al comprimirse el seno durante la mamografía?

No, esto solo puede ocurrir si la prótesis es vieja. Se recomienda consultar con el cirujano plástico y tomar las precauciones del caso.

¿Se necesitan estudios complementarios a la mamografía?

Sí, una ecografía y, en ocasiones, una resonancia.

¿Las pacientes con implantes recibirán más rayos?

Aunque se realizan más tomas que en las pacientes sin implantes, la radiación no entraña riesgo de provocar ningún perjuicio.

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Qué es la Ectasia Ductal mamaria

¿Qué es la Ectasia Ductal mamaria?

La ectasia ductal ocurre cuando los conductos mamarios se ensanchan y sus paredes de engrosan, causando que se obstruyan resultando en acumulación de líquido.

La ectasia ductal  (también referida como ectasia ductal mamaria) es común en mujeres mayores de 50 años de edad. Pero, ¿cómo se genera el diagnóstico de la Ectasia ductual? A menudo, esta afección no causa ningún síntoma y se descubre cuando se hace una biopsia (extraer un pedazo de tejido para examinarlo al microscopio) debido a otro problema.

Con menos frecuencia, la ectasia ductal puede causar una secreción verde o negra pegajosa, a menudo espesa. El pezón y el tejido adyacente del seno pueden estar dolorosos al tacto y enrojecidos. Puede que el pezón se contraiga hacia adentro. A veces, el tejido cicatricial alrededor del conducto anormal causa una protuberancia dura que puede confundirse con un cáncer.

Si esta afección provoca una protuberancia, puede que sea necesario hacer una biopsia.

Tratamiento de la Ectasia Ductual

La ectasia ductal a veces se alivia sin necesidad de tratamiento. En algunos casos se pueden utilizar compresas tibias y antibióticos. Si los síntomas persisten, se puede extirpar el conducto anormal mediante cirugía.

¿Cómo la ectasia ductal afecta su riesgo de padecer cáncer de seno?

La ectasia ductal no incrementa su riesgo de padecer cáncer de mama.

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Calcificaciones en mamografías: Microcalcificaciones

¿Qué son las microcalcificaciones?

Las  microcalcificaciones (o calcificaciones en mamografías) son depósitos diminutos de calcio en el tejido mamario que a menudo se observan en una mamografía.

El calcio que usted consume o toma en forma de medicamentos no causa calcificaciones en las mamas.

La mayoría de las calcificaciones no son un signo de cáncer. Las causas pueden incluir:

  • Depósitos de calcio en las arterias dentro de las mamas.
  • Antecedentes de infección mamaria.
  • Quistes o tumores mamarios no cancerosos (benignos).
  • Lesión pasada en el tejido mamario.
  • Polvos, desodorantes o ungüentos que se aplican en la piel.

Las calcificaciones redondeadas y grandes (macrocalcificaciones) son comunes en mujeres de más de 50 años. Lucen como puntos blancos pequeños en la mamografía. Lo más probable es que no estén relacionadas con cáncer. Usted rara vez necesitará más exámenes.

Las microcalcificaciones son diminutas manchas de calcio que se ven en una mamografía. La mayoría de las veces, no son un signo de cáncer. Sin embargo, puede ser necesario revisar estas zonas con mayor cuidado.

¿Cuándo se necesitan más pruebas?

Cuando están presentes microcalcificaciones en una mamografía, el médico (radiólogo) puede solicitar una vista más grande para que las zonas se puedan examinar más de cerca.

Las calcificaciones que no parecen ser un problema se denominan benignas. No se requiere un control específico.

En la mayoría de los casos, las calcificaciones que son ligeramente anormales pero que no parecen ser un problema también se denominan benignas. La mayoría de las mujeres necesitará realizarse una mamografía de control luego de 6 meses.

Las calcificaciones que son irregulares en tamaño o forma , o que están agrupadas firmemente se denominan “calcificaciones sospechosas”. Su medico recomendará una biopsia estereotáctica de la mama con aguja gruesa. Se trata de una biopsia con aguja que usa un tipo de mamógrafo para ayudar a encontrar las calcificaciones.

Cabe destacar que, la mayoría de las mujeres que tienen calcificaciones sospechosas no tienen cáncer.

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