¿Cuáles son los síntomas de rechazo de implantes de mama?

¿Cuáles son los síntomas de rechazo de implantes de mama?

Según la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, al menos el 1% de las pacientes a quienes se colocan implantes mamarios presenta complicaciones locales y resultados adversos, en algún momento.

Una de las complicaciones más conocidas de los implantes mamarios es la contractura capsular, también llamada “rechazo del implante”. En realidad, no se trata de un rechazo en el sentido médico de formación de anticuerpos o de respuesta del sistema inmunitario del organismo (como sucede en los trasplantes de órgano).

Cuando el implante es colocado, la reacción natural del organismo es tratar de aislar el material extraño (la prótesis), formando una capa de tejido alrededor del mismo que se denomina “cápsula”. Normalmente, esta cápsula protectora es laxa y flexible.

Sin embargo, si la respuesta del organismo es excesiva, se producirá más tejido fibroso del necesario, resultando en una cápsula más gruesa, densa y rígida. Esto es lo que se denomina contractura capsular o “rechazo” del implante mamario.

¿Qué síntomas o signos indican un posible “rechazo” de un implante de mama?

  • Endurecimiento de la mama:

A la palpación, la mama se torna progresivamente más dura.

  • Falta de movilidad o rigidez de la mama:

Se pierde la movilidad normal de los tejidos blandos.

  • Dolor crónico: 

Puede haber dolor en la mama o el área del pezón.

  • Aspecto anormal de la mama:

La cápsula rígida, estrecha el espacio y puede “exprimir” el implante, desplazándolo de su posición. Aparecen asimetrías entre una mama y otra, o ambas mamas pueden tener un aspecto anormal:

  • mamas a diferente altura (es frecuente que la mama afectada se eleve),
  • cambios de forma,
  • desviación del pezón, etc.
  • Pérdida de sensibilidad:

Puede haber pérdida de sensibilidad de la piel en una parte de la mama o en la zona de la aréola o del pezón.

  • Contractura capsular: no aparece repentinamente, sino que se manifiesta de manera progresiva.

Puede comenzar pocos meses después o hasta varios años luego de la colocación de implantes mamarios; aproximadamente el 75% de los casos se presenta dentro de los 2 años siguientes a la colocación de los implantes.

Aunque no se trata de una situación que ponga en riesgo la salud, la contractura capsular puede realmente causar molestias importantes y tener consecuencias estéticas muy serias.

Existen diferentes niveles de gravedad de la contractura capsular. Cuanto más firme y dolorosa se torna la mama y más anormal es su aspecto, mayor es la gravedad del rechazo. Los casos más graves requieren cirugía para extraer el implante, que puede o no ser reemplazado. Existe la posibilidad de que la contractura capsular ocurra nuevamente después de la cirugía para corregir el problema.

¿Por qué se produce el “rechazo” del implante mamario?

  • La contractura capsular puede ser más frecuente luego de una infección, un hematoma o un seroma (colección de líquido alrededor del implante) en la mama.
  • Las personas que han recibido radioterapia y luego cirugía reconstructiva de mamas, también presentan mayor riesgo de desarrollar contractura capsular.
  • La ruptura de un implante aumenta el riesgo de contractura capsular. Los implantes actuales con solución salina o silicona no son tóxicos pero, en caso de pérdida de contenido o ruptura, inducen al organismo a formar más tejido para aislarlo.
  • Algunas personas tienen una tendencia (predisposición genética) a la formación de cicatrices hipertróficas y excesivas.
  • Una teoría reciente propone la formación de una delgada película de bacterias (biofilm) alrededor del implante, que se introducen durante la cirugía. Estas bacterias podrían causar una inflamación leve (sin fiebre) y persistente, que induciría al organismo a combatirla formando más tejido alrededor.

La causa precisa de la contractura capsular no se conoce con certeza; sin embargo, seguir correctamente las indicaciones del posoperatorio es muy importante para reducir su riesgo: reposo, masajes, controles, etc.

La FDA no ha aprobado específicamente ningún implante para reducir la incidencia de contractura capsular ni para tratarla. Recuerde que lo más importante es que se utilicen implantes aprobados por las autoridades sanitarias, para asegurarse de que hayan sido debidamente probados y sean seguros. Converse con su médico para recibir la información más actualizada.

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¿Qué detecta una ecografía testicular?

¿Qué detecta una ecografía testicular?

Los testículos son los órganos reproductivos masculinos: producen esperma y la hormona sexual masculina, testosterona. Están localizados dentro del escroto, junto con el epidídimo y el conducto deferente, que transporta el esperma hasta las vesículas seminales.

La ecografía testicular, o ecografía del escroto, es un estudio por imágenes que permite detectar anormalidades en los testículos o los tejidos que los rodean: inflamación o infección, presencia de algún quiste o tumoración, torsión, varicocele, consecuencias de un traumatismo, etc.

¿Qué tipo de estudio es la ecografía testicular?

  • Utiliza ondas de ultrasonido para generar imágenes de los órganos a evaluar.
  • Es un estudio seguro, sin riesgos; no se utiliza ninguna clase de radiación ionizante.
  • Es ambulatorio; al terminar, usted continúa con sus actividades normales.
  • No requiere ninguna preparación previa especial.
  • No es invasivo; no hay ningún tipo de instrumentación.
  • Es completamente indoloro.
  • Se realiza en pocos minutos.

¿Qué detecta la ecografía testicular o escrotal?

  • Tumoraciones o masas palpables: determina si es un nódulo (sólido) o un quiste (contenido líquido, como un espermatocele).
  • Consecuencias de un traumatismo
  • Causas de dolor o hinchazón (edema) testicular: inflamación (hidrocele), infección (epididimitis) o torsión

La torsión testicular es frecuente en la adolescencia y es una emergencia médica.

  • Posibles causas de infertilidad: varicocele (venas espermáticas varicosas) y otras causas.
  • Localización de testículos no descendidos: cuando uno o ambos testículos del bebé no se han ubicado en el escroto y, por lo tanto, no son palpables.

Se calcula que hasta 3% de los varones nacidos a término presentan falta de descenso testicular. Durante su descenso desde el abdomen, el testículo puede detenerse en el trayecto. Si se encuentra en el canal inguinal, puede visualizarse con la ecografía.

¿Cómo es hacer una ecografía testicular en Diagnóstico Rojas?

Antes del estudio

  • No se requiere ayuno ni ninguna preparación especial.
  • Recuerde llevar la orden médica.
  • Al momento del turno, se le solicitará que se quite su pantalón y se coloque una bata que le será provista para el estudio.
  • No se utilizará ninguna clase de anestesia ni medicación.

Durante el estudio

  • Se le solicitará que se acueste boca arriba en una camilla y que separe sus piernas.
  • El profesional que realiza el estudio colocará una pequeña cantidad de gel en el área a examinar, sobre el escroto. Este gel puede sentirse algo frío, pero es completamente inocuo y se limpia fácilmente.
  • Dicho gel permite que las ondas de ultrasonido se desplacen entre la piel y el transductor del equipo de ecografía, eliminando bolsillos de aire que pueden bloquear el paso de las ondas. De esta manera, se evita la pérdida de calidad en las imágenes.
  • El transductor del equipo será desplazado suavemente sobre la piel del escroto, donde se ha colocado el gel.
  • Este procedimiento es completamente indoloro, y apenas puede generar una sensación de ligera presión. Sin embargo, si el motivo del estudio es dolor testicular, es esperable que haya más molestias.
  • Las imágenes se visualizan de inmediato en una pantalla similar a un monitor. El equipo permite:
    • Determinar si se trata de tejidos sólidos (nódulos) o si hay contenido líquido (quistes).
    • Medir (diámetros) las imágenes de interés.

Después del estudio

  • Al concluir su estudio, usted podrá quitar cualquier resto de gel que haya quedado sobre la piel, y vestirse.
  • Usted podrá retirarse de inmediato y continuar con sus actividades normales.
  • No se requiere ningún cuidado posterior.
  • Los resultados del estudio generalmente están disponibles en 2 días.
  • Su médico le indicará si es necesario alguna otra investigación, en caso de visualizarse alguna masa o tumor sólido.

Si el estudio se realiza a un niño o bebé

  • Recuerde que el estudio es seguro, indoloro, rápido y no se requiere ninguna preparación.
  • Se solicitará a los niños que traten de permanecer sin moverse durante algunos minutos. Habitualmente el estudio es muy bien tolerado.
  • Cuando se trata de bebés, es esperable el llanto; sin embargo, esto no debería interferir con el estudio.

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¿Se puede detectar cáncer de útero en una ecografía?

¿Se puede detectar cáncer de útero en una ecografía?

El cáncer de útero es el tumor maligno más frecuente del aparato reproductivo femenino. En aproximadamente el 80% de los casos, se origina en el endometrio y se denomina adenocarcinoma.

El útero es un órgano hueco ubicado en la cavidad pelviana de la mujer, detrás de la vejiga y delante del recto. Está compuesto por tres capas que, desde adentro hacia afuera del órgano, son:

  • Endometrio: bajo el efecto de las hormonas sexuales femeninas, esta capa prolifera durante cada ciclo de la etapa reproductiva, y es eliminada durante la menstruación (sangrado), si no hay un embarazo.
  • Miometrio: es el músculo uterino, tan importante durante el embarazo y el parto.
  • Serosa: es el recubrimiento del útero.

¿Se puede detectar cáncer de útero en una ecografía?

El cáncer de útero se puede detectar en una ecografía, en especial cuando se realiza una ecografía transvaginal, la cual permite visualizar mejor el endometrio. Ante síntomas de sangrado anormal, la ecografía puede permitir detectar temprano lesiones sospechosas. El diagnóstico de cáncer de útero se debe confirmar con una biopsia y exámenes de laboratorio específicos.

Es frecuente que el cáncer uterino se logre detectar en etapas tempranas porque habitualmente produce sangrado vaginal anormal: ciclos irregulares, sangrado entre los períodos menstruales (spotting) o después de la menopausia. También puede causar dolor en la zona pelviana.

Ante la consulta por estos síntomas, la ecografía es habitualmente el primer estudio por imágenes para examinar los órganos reproductivos femeninos. El útero puede ser sitio de localización de diferentes condiciones benignas, que también pueden causar sangrado vaginal anormal, dolor o masas tumorales; por ejemplo: tumores fibroides, miomas, pólipos benignos, endometriosis, etc.

¿Hay algún otro estudio para detectar el cáncer de útero?

La ecografía puede detectar el cáncer de útero, aunque el diagnóstico debe establecerse con una biopsia y exámenes específicos con la muestra de tejido. Cuanto más temprano se identifica el cáncer uterino, mejores son las probabilidades de curación con la cirugía.

Tipos de ecografía para detectarlo

El médico puede solicitar una ecografía transabdominal (o pelviana), o una ecografía transvaginal. Con mucha frecuencia, ambos tipos de ecografía se solicitan simultáneamente.

El principio fundamental de todas las ecografías es el uso de ondas de sonido de alta frecuencia (ultrasonido). El equipo cuenta con un transductor-receptor, que emite las ondas de ultrasonido y recibe el “eco” que generan al rebotar cuando atraviesan los diferentes órganos internos. Las ondas recibidas como “eco” se transmiten a una computadora que, mediante programas informáticos específicos, las convierte en imágenes visibles en un monitor.

Ecografía pelviana o transabdominal

  • En este tipo de ecografía, se usa un transductor externo, que se desliza suavemente sobre la piel de la pelvis y la zona baja del abdomen.
  • Visualizar el útero suele ser difícil debido a su ubicación. Antes de realizar el estudio, se le solicitará que ingiera una cantidad de líquido y que no vacíe su vejiga. Cuando la vejiga está repleta, facilita la transmisión de las ondas de ultrasonido y mejora las imágenes del útero y los anexos.

Ecografía transvaginal

  • Para este estudio se usa un transductor interno, que se introduce delicadamente en la vagina. Este transductor tiene un diámetro ligeramente mayor a un tampón y cada vez que se utiliza, es recubierto con un protector de látex nuevo, que se descarta apenas finaliza el estudio.
  • Para esta ecografía no se requiere que la vejiga esté llena ni tampoco ninguna preparación especial.
  • Cuando ambas clases de ecografía se solicitan juntas, suele realizarse primero el estudio transabdominal (con retención urinaria), se vacía luego la vejiga y se completa la evaluación con la ecografía transvaginal.
  • La ecografía transvaginal es el tipo preferido de ecografía porque permite visualizar mejor el útero y el cuello uterino (cérvix). Es especialmente útil para evaluar el endometrio, medir su espesor y detectar si hay zonas de engrosamiento sospechosas.

Ambas clases de ecografía, transabdominal y transvaginal: son ambulatorias, no requieren ayuno, son seguras, indoloras y se completan en pocos minutos.

¿Qué hacer en caso de un diagnóstico sospechoso?

Si la ecografía detecta una lesión sospechosa para detectar el cáncer de útero, el paso siguiente es obtener una muestra de endometrio mediante una biopsia. El tejido obtenido será analizado en un laboratorio de anatomía patológica, para determinar si las células son cancerosas, de qué tipo son y si presentan algunos rasgos (genes, proteínas u otros factores) que pueden guiar la elección del tratamiento.

Si se confirma el diagnóstico de cáncer de útero, se solicitarán otros estudios por imágenes para definir si la enfermedad se ha extendido a algún otro sitio en el organismo (metástasis). Estos estudios pueden incluir algunos de los siguientes:

  • Tomografía computarizada de abdomen, tórax y pelvis.
  • Resonancia magnética nuclear.
  • Tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés).

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¿Cómo se detecta el cáncer de pulmón?

¿Cómo se detecta el cáncer de pulmón?

En el cáncer de pulmón, lo habitual es que cuando aparecen las manifestaciones clínicas, la enfermedad ya es avanzada o se ha extendido a otras partes del cuerpo; no hay síntomas de alarma temprana.

¿Cómo se puede detectar el cáncer de pulmón?

Para detectar el cáncer de pulmón se dispone de una cantidad de estudios por imágenes y métodos de biopsia por punción, que permiten confirmar la sospecha, definir qué tipo de células cancerosas están presentes y en qué medida se ha extendido la enfermedad en el organismo.

  • Historia clínica – antecedente de hábito tabáquico.

Fumar cigarrillos de tabaco causa el 80-90% de todos los cánceres de pulmón. Aunque en menor grado, los exfumadores y quienes respiran humo de tabaco de segunda mano (“fumadores pasivos”) también tienen riesgo aumentado de presentar la enfermedad.

Por este motivo, se insiste en que la mejor estrategia de prevención del cáncer de pulmón es NO FUMAR y, si ya lo hace, DEJAR DE FUMAR.

Si es fumador o exfumador, puede ser aconsejable realizar controles periódicos y consultar al médico ante síntomas respiratorios, en especial si persisten.

  • Detección sistemática

Para detectar el cáncer de pulmón, la tomografía computarizada de baja dosis (TCBD) es el único estudio por imágenes que ha mostrado utilidad en la población de mayor riesgo para identificar lesiones sospechosas más temprano.

La American Cancer Society sugiere que las personas con alto riesgo en base a su historial como fumadores, se realicen una TCBD anual, entre las edades de 55 y 74 años. Sin embargo, no hay acuerdo en la comunidad científica sobre cómo implementar esta sugerencia en la práctica de consultorio.

  • Análisis de sangre

Permiten evaluar el estado general y determinar si hay: anemia, trastornos de la función hepática o renal, u otras alteraciones.

  • Radiografía de tórax

Permite detectar “manchas” o nódulos en el pulmón, cambios en el mediastino, derrame pleural (líquido en el revestimiento de los pulmones).

Tiene limitaciones: una radiografía normal no descarta el cáncer de pulmón.

  • Tomografía computarizada (TC) con contraste de tórax.

Es el estudio inicial habitual para confirmar la presencia de una lesión sospechosa y planificar el resto de las evaluaciones.

Para confirmar el diagnóstico de cáncer de pulmón y determinar la extensión de la enfermedad en el organismo (estadificación), pueden solicitarse algunos de los siguientes estudios:

  • Broncoscopía con biopsia,
  • Punción transtorácica con aguja fina guiada por tomografía computarizada,
  • Biopsia por aspiración con aguja fina guiada por ultrasonido endoscópico,
  • Mediastinoscopía / Mediastinotomía
  • Resonancia magnética nuclear (RMN) de tórax,
  • Tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés),
  • PET con tomografía computarizada (PET/TC),
  • Gammagrafía ósea.

Determinar con precisión el tipo de cáncer y en qué estadio se encuentra es fundamental para ofrecer las mejores opciones posibles de tratamiento a cada paciente. El estado general y las preferencias de cada paciente también se consideran en la toma de decisiones.

El objetivo es simplificar los pasos, para lo cual un equipo multidisciplinario seleccionará cuáles estudios son los más apropiados en cada caso individual.

¿Cuáles son los procedimientos para obtener datos precisos sobre el cáncer de pulmón?

La elección del procedimiento para obtener la biopsia depende del tipo, localización y tamaño del tumor, y cuán accesible es la lesión. Se utiliza el método menos invasivo posible, pero las lesiones pequeñas en la periferia del pulmón, pueden ser un verdadero desafío. La punción aspirativa transtorácica guiada por TC es típicamente el método de primera elección cuando el tumor es periférico.

  • Broncoscopía o Fibrobroncoscopía con biopsia

Es un método seguro y efectivo cuando las lesiones son centrales, es decir, cuando se encuentran dentro o vecinas a la tráquea o los bronquios, por donde se introduce y avanza el endoscopio.

Permite observar directamente las vías aéreas más grandes desde su interior, con un sistema de fibra óptica, y tomar muestras de las lesiones sospechosas, con pinzas especiales. Si no hay lesiones visibles, puede “lavarse” la zona y aspirar el líquido de lavado para buscar células cancerosas.

  • Punción transtorácica con aguja fina guiada por tomografía computarizada

Para obtener células tumorales, se realiza una punción con aguja fina, guiada por las imágenes de una TC. Es la técnica de preferencia cuando la lesión se localiza en la periferia del pulmón, es decir, más cerca de la pared del tórax y lejos del árbol bronquial (no se accede con el broncoscopio).

  • Biopsia por aspiración con aguja fina guiada por ultrasonido endoscópico

La punción aspirativa se realiza pasando la aguja fina a través de la pared de la tráquea o los bronquios, con la guía de una ecografía endobronquial. En algunos casos, se hace la punción durante una ecografía esofágica endoscópica, pasando la aguja fina a través de la pared del esófago.

Este tipo de punciones permiten examinar ganglios linfáticos aumentados de tamaño, que se encuentren al acceso desde el interior del árbol traqueobronquial o del esófago.

  • Mediastinoscopia / Mediastinotomía

Ambos procedimientos son invasivos porque se requiere una incisión, pero se diferencian en el tamaño y la ubicación de la misma. Se realizan para observar directamente las estructuras dentro del mediastino (área entre los pulmones, en el centro del tórax) y obtener muestras de ganglios linfáticos, cuando es posible.

  • Resonancia magnética nuclear (RMN) de tórax

Similar a la TC, se utiliza para visualizar con mejor detalle los tejidos blandos y determinar la ubicación y tamaño de posibles lesiones tumorales y ganglios.

Al estadificar la enfermedad, es habitual solicitar RMN de cerebro y abdomen, para determinar la presencia de tumor fuera de los pulmones.

  • Tomografía por emisión de positrones (PET)

Se utiliza una sustancia marcada, que es inyectada en la sangre y se acumula en las células cancerosas. De este modo, las lesiones tumorales se observan como zonas destacadas. Permite detectar tumores no visibles con otros métodos.

Puede combinarse con TC (PET/TC) para comparar las zonas donde se deposita el marcador, con las imágenes correspondientes en la TC.

  • Gammagrafía ósea

También se utiliza una sustancia que está marcada con un isótopo radioactivo (radiomarcada), que se fija en el hueso. Las zonas óseas donde hay células tumorales captan más cantidad del marcador y se visualizan como zonas más oscuras. De este modo, se evalúa la posibilidad de extensión del tumor a los huesos.

¿Cuáles son los efectos emocionales del cáncer?

¿Cuáles son los efectos emocionales del cáncer?

Los efectos emocionales del cáncer tienen que ver tanto con la enfermedad en sí misma como con el tratamiento. Son tan importantes como las demás manifestaciones clínicas y, por lo tanto, deben ser abordados de una manera adecuada, oportuna y holística.

Si le han diagnosticado cáncer recientemente, hay una cantidad de emociones intensas que puede estar sintiendo. El mensaje principal de esta nota es que todos o cualquiera de los sentimientos que tenga en el momento están bien; es normal y esperable ante el estrés.

Las fases emocionales por las que se transita ante el diagnóstico de cáncer se comparan muchas veces con lo que sucede ante la pérdida de un ser querido. Hay:

  • Negación: “no puede ser…”, “será un error”
  • Rabia: “¿por qué justo a mí?”, “no merezco todo esto”
  • Negociación: “haré lo posible”, “acepto con condiciones”
  • Tristeza y depresión: “cuál es el sentido de seguir”, “el esfuerzo me agota y no puedo más”
  • Aceptación: “confío en el equipo médico y haré todo lo que pueda”

Sin embargo, no necesariamente todas estas fases se cumplen en dicho orden ni tienen que estar presentes.

Cada etapa de la enfermedad implica afrontar diferentes desafíos y emociones. La personalidad y las herramientas emocionales de cada individuo, el contexto y la historia familiares, el entorno sociocultural, las creencias religiosas, los recursos económicos, son factores que influyen en la respuesta de cada persona frente a las demandas de cada etapa:

  • La sospecha de la enfermedad
  • El diagnóstico
  • El tratamiento
  • La recuperación de la salud
  • La recaída
  • El final de la vida

En general, el miedo y la ansiedad son emociones comunes en todas estas etapas. La tristeza y la depresión son también frecuentes, pero es fundamental diferenciarlas porque la depresión es un trastorno del estado de ánimo que requiere cuidados por parte de un especialista en salud mental, preferentemente con experiencia en personas con cáncer.

La tristeza

Puede aparecer en el momento del diagnóstico o durante el tratamiento. Las causas pueden ser múltiples: la pérdida de la salud, de las actividades habituales, de placeres tales como viajar, de ciertos planes para el futuro, etc. Es absolutamente normal sentirse triste, frustrado, desalentado, durante este momento de dificultad.

También puede suceder que la tristeza se manifieste cuando termina el tratamiento y se deben asimilar cambios corporales, en los niveles de energía y posiblemente, en la vida diaria. Puede ser el momento de expresar el dolor y la pena por los momentos difíciles que hubo que afrontar.

La depresión

A diferencia de la tristeza, en la depresión los sentimientos de falta de esperanza, desaliento, frustración, se prolongan en el tiempo o empeoran. La depresión se define por la presencia de tristeza, desinterés por todo (incluso por actividades anteriormente placenteras), falta de iniciativa, presentes la mayor parte del día, prácticamente todos los días.

Es habitual que el estado de ánimo deprimido se acompañe de pérdida del apetito y de peso, dificultades con la concentración o la memoria, sentimientos de desvalorización. A veces, puede haber pensamientos de suicidio.

La depresión es una enfermedad, y es importante reconocerla temprano porque tiene tratamiento. Las personas deprimidas realmente no pueden simplemente “animarse” o ignorar su estado. Se requiere ayuda profesional y un entorno afectivo muy comprensivo.

¿Qué sucede con la familia y los demás con las emociones?

Es difícil contar a otras personas que le diagnosticaron cáncer. Puede ser incómodo tener que hablar de algo tan personal y puede generar mucha inseguridad no saber cómo reaccionarán las personas de su entorno. Además, muchas veces se desea evitar preocupar a los seres queridos.

La decisión de qué, cómo y cuándo compartir lo que le sucede es suya, pero seguramente “esconder” el diagnóstico no sea una buena idea. En algún momento, sus familiares, amigos y compañeros de trabajo, sabrán que tiene cáncer. Decirle a los demás sobre su enfermedad puede evitar malos entendidos y le permite tener control sobre la información que comunica.

Cuando la comunicación se abre, puede descubrir que hay personas que desean estar más cerca suyo y ofrecer su apoyo. Elija el momento y el lugar, así como las palabras, y tenga respuestas preparadas a posibles preguntas cuando le diga a los demás que tiene cáncer.

Con relación a la pareja y los hijos, cada aspecto de la convivencia puede requerir ajustes. La comprensión y el amor son lente.

También puede hallar bienestar en alternativas no convencionales, en especial la meditación, y otras técnicas como yoga o masajes, que ayudarán a reducir el estrés y la angustia. Pero antes de iniciar cualquier terapia complementaria, en especial si desea utilizar alguna medicación (incluso herbal), consulte con su médico. Algunas técnicas pueden estar contraindicadas o pueden interferir con el tratamiento que recibe de base.

Algunos consejos para los efectos emocionales del cáncer

  • Expresar todo que lo que siente
  • Compartir los sentimientos
  • Aceptar ayuda
  • Controlar los pensamientos negativos
  • Activar el cuerpo y la mente, dentro de las posibilidades

En todas las situaciones, es fundamental contar con la orientación y el acompañamiento de profesionales del área de salud mental (psicooncología, psiquiatría) con experiencia, porque realmente pueden aportar muchas soluciones o recomendaciones, y brindarle un entorno donde expresarse libremente. La prioridad es transitar las diferentes etapas de la enfermedad con el máximo bienestar posible.

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