¿Qué es la trombosis arterial?

La trombosis arterial es una condición médica en la que se forma un coágulo de sangre en una arteria que bloquea el flujo sanguíneo. Los coágulos de sangre pueden formarse por una variedad de razones, como daño en la pared arterial, aterosclerosis o una tendencia a la coagulación excesiva de la sangre.

Cuando ocurre una trombosis arterial, puede haber una disminución significativa en el flujo sanguíneo a través de la arteria afectada, lo que puede provocar una variedad de síntomas. 

¿Cuáles son los síntomas de la trombosis arterial?

Los síntomas de la trombosis arterial pueden variar dependiendo de la ubicación del coágulo. Algunos pueden ser: 

• Dolor en el área afectada
• Entumecimiento o debilidad en el área afectada
• Cambios en la temperatura o el color de la piel en el área afectada
• Pérdida de la función del órgano afectado (por ejemplo, parálisis si la trombosis arterial ocurre en el cerebro)
• Dificultad para respirar (si la trombosis arterial afecta las arterias pulmonares)
• Dolor en el pecho, dificultad para respirar y mareo (si la trombosis arterial afecta las arterias coronarias del corazón)

Es importante tener en cuenta que no todas las personas experimentan los mismos síntomas y que algunos pueden ser más leves o graves que otros. Ante la aparición de cualquier síntoma o sospecha, es importante buscar atención médica de inmediato.

En ese caso, tu médico seguramente te indicará realizar un eco doppler, una herramienta de diagnóstico no invasiva que puede detectar la trombosis arterial. 

En el caso de la trombosis arterial, el eco doppler puede mostrar la presencia de un coágulo de sangre y su ubicación en una arteria. Además, el eco doppler puede medir la velocidad y el volumen del flujo sanguíneo, lo que puede ayudar a determinar la gravedad de la obstrucción.

¿Cómo puedo prevenir la trombosis arterial?

Estos son algunos consejos que puedes seguir para prevenir la trombosis arterial: 

• Mantener un peso saludable: El exceso de peso puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, incluida la trombosis arterial. 
• Reducir el consumo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de trombosis arterial. Limitar la cantidad de alcohol que se consume puede ayudar a reducir este riesgo.
• Controlar el estrés: El estrés crónico puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluida la trombosis arterial. Tomar medidas para controlar el estrés, como la meditación, el yoga o el ejercicio, puede ayudar. 
• Tomar medicamentos según lo recetado: Si se le ha recetado medicamentos para controlar factores de riesgo como la presión arterial alta, el colesterol alto o la diabetes, es importante tomarlos según lo recetado para reducir el riesgo de trombosis arterial.
• Realizar exámenes de detección: Si tiene antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares o tiene otros factores de riesgo de trombosis arterial, como la obesidad, el tabaquismo o la hipertensión arterial, es importante realizarse exámenes de detección regularmente para detectar cualquier problema temprano y tomar medidas preventivas. 

Ante cualquier duda consultá con tu médico. No olvides realizar chequeos anuales.

Síntomas y causas de pancreatitis

Para entender los síntomas y las causas, primero es fundamental saber qué es la pancreatitis y cómo se diagnostica.

La pancreatitis es una enfermedad en la cual el páncreas, un órgano ubicado detrás del estómago y encargado de producir enzimas y hormonas importantes para la digestión y el control del azúcar en sangre, se inflama y se daña.

Existen dos tipos principales de pancreatitis: la pancreatitis aguda y la pancreatitis crónica: 

La pancreatitis aguda es una inflamación repentina del páncreas que puede ser leve o grave, y que puede causar dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos y fiebre. 

La pancreatitis crónica, por otro lado, es una inflamación prolongada del páncreas que puede provocar daño permanente en el órgano, causando síntomas como dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso y malabsorción de nutrientes.

Diagnóstico de la Pancreatitis 

Luego de una revisión, tu médico te indicará una ecografía abdominal. 

Durante la ecografía, se utiliza un transductor que envía ondas sonoras de alta frecuencia a través del abdomen, lo que crea imágenes del páncreas y de otros órganos cercanos en un monitor.

En el caso de la pancreatitis aguda, la ecografía puede mostrar una inflamación del páncreas y la presencia de líquido alrededor del órgano. También puede detectar la presencia de cálculos biliares, que son una causa común de la pancreatitis aguda.

En la pancreatitis crónica, la ecografía puede revelar un páncreas agrandado y fibroso, así como la presencia de quistes o calcificaciones en el órgano.

¿Qué síntomas te puede generar la pancreatitis ?

Algunos de los síntomas pueden ser: 

• Dolor abdominal intenso y persistente, que a menudo se irradia hacia la espalda o el pecho
• Náuseas y vómitos
• Fiebre y sudores fríos
• Hinchazón abdominal y sensibilidad al tacto
• Pérdida de apetito y pérdida de peso
• Diarrea o heces grasosas (en la pancreatitis crónica)

¿Cuáles son las causas de la pancreatitis?

Algunos de las causas pueden ser: 

• Consumo excesivo de alcohol
• Cálculos biliares
• Hipertrigliceridemia
• Infecciones
• Traumatismo abdominal
• Enfermedades autoinmunitarias
• Genética, ya que algunas personas pueden tener una predisposición genética a la pancreatitis.

También puedes informarte sobre: ¿Qué precauciones debes tomar antes de realizarte una ecografía abdominal?

Ante cualquier síntoma es esencial buscar atención médica si se experimentan síntomas de la enfermedad.

¿Cómo evitar la presión alta en el embarazo?

La hipertensión, también conocida como presión arterial alta, es una condición en la que la presión arterial en las arterias es elevada. La presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. 

Es importante que la hipertensión sea diagnosticada y tratada adecuadamente por un médico, ya que puede ser asintomática en sus primeras etapas. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, y medicamentos para reducir la presión arterial.

La Hipertensión en el embarazo

La hipertensión durante el embarazo se conoce como hipertensión gestacional. La hipertensión gestacional se produce cuando la presión arterial de una mujer embarazada es elevada después de las 20 semanas de gestación, y no se debe a problemas preexistentes de presión arterial.

Los síntomas de la hipertensión gestacional pueden incluir dolor de cabeza, visión borrosa, dolor abdominal, náuseas y vómitos. Si se deja sin tratar, la hipertensión gestacional puede causar complicaciones, por eso es importante que las mujeres embarazadas monitoreen su presión arterial durante las citas prenatales y sigan las recomendaciones de su médico para mantener una presión arterial saludable. 

Si una mujer embarazada experimenta síntomas de hipertensión gestacional, debe comunicarse de inmediato con su médico para recibir atención médica adecuada y prevenir complicaciones. 

¿Cómo prevenir la presión alta en el embarazo?

• Consumir una dieta saludable: Una dieta equilibrada y saludable puede ayudar a prevenir la hipertensión gestacional. Podés consumir una variedad de frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables.
• Controlá tu peso: Mantener un peso saludable durante el embarazo te va ayudará a reducir el riesgo de desarrollar hipertensión gestacional. Consultá con tu médico sobre cuánto peso debes ganar durante el embarazo.
• Hacer ejercicio regularmente: El ejercicio moderado puede ayudar a controlar la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular. Consultá con tu médico sobre qué tipos de ejercicio son seguros durante el embarazo.
• Descansá lo suficiente: Descansa lo suficiente y evita el estrés excesivo, ya que la fatiga y el estrés pueden aumentar la presión arterial.
• Controlá tus niveles de estrés: El estrés puede aumentar la presión arterial, por lo que es importante encontrar formas efectivas de manejar el estrés, como la meditación, la respiración profunda y el yoga.
• Consultá con tu médico regularmente: Asistí a todas tus citas prenatales y sigue las instrucciones de tu médico sobre cómo prevenir la hipertensión gestacional. Tu médico puede monitorear tu presión arterial y tomar medidas preventivas si es necesario.
• Si tienes antecedentes familiares de hipertensión o has tenido hipertensión en embarazos anteriores, es importante que consultes con tu médico sobre medidas adicionales que puedas tomar para prevenir la hipertensión durante el embarazo.

No olvides realizar todos los chequeos durante tu embarazo. Ante cualquier síntoma o duda acudí a tu médico. 

¿Cómo prevenir la endometriosis?

Para saber cómo prevenir la endometriosis es fundamental saber qué es la endometriosis. 

La endometriosis es una afección en la que el tejido que normalmente recubre el interior del útero, llamado endometrio, crece fuera del útero en otras partes del cuerpo, como los ovarios, las trompas de Falopio, el peritoneo (la membrana que recubre la pelvis) y otros órganos abdominales.

¿Quién puede tener endometriosis?

Cualquier mujer que tenga un ciclo menstrual puede desarrollar endometriosis, pero es más común en mujeres en edad reproductiva, especialmente entre los 25 y los 40 años. La endometriosis afecta a aproximadamente del 10% al 15% de las mujeres en edad reproductiva.

La endometriosis también puede afectar a mujeres que nunca han tenido hijos, así como a mujeres que han tenido hijos. La afección puede ser más común en mujeres con antecedentes familiares de endometriosis, mujeres con ciclos menstruales cortos, mujeres con un útero anormalmente grande y mujeres con problemas de inmunidad o inflamación crónica.

¿Hay medidas de prevenir la Endometriosis?

Aunque no hay una forma garantizada de prevenir la endometriosis, hay algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollarla: 

• Mantener un peso saludable: El exceso de grasa corporal produce estrógeno, una hormona que puede aumentar el riesgo de desarrollar endometriosis.
• Hacer ejercicio regularmente: El ejercicio regular puede ayudar a reducir el estrés y a mantener un peso saludable, lo que a su vez puede ayudar a reducir el riesgo de endometriosis.
• Reducir el consumo de alcohol y cafeína: El consumo excesivo de alcohol y cafeína puede aumentar los niveles de estrógeno, lo que puede aumentar el riesgo de endometriosis.
• Comer una dieta saludable: Una dieta saludable y equilibrada que incluya frutas, verduras, granos enteros, proteínas y grasas saludables puede ayudar a mantener un peso saludable y reducir el riesgo de endometriosis.
• Reducir el estrés: El estrés crónico puede afectar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de endometriosis.
• Evitar la exposición a la radiación: La exposición a la radiación, como la radiación de los rayos X, puede aumentar el riesgo de endometriosis.
• No fumar: Fumar puede aumentar los niveles de estrógeno y reducir la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos del cuerpo, lo que puede aumentar el riesgo de endometriosis.
• Controlar las condiciones médicas existentes: Algunas condiciones médicas, como la diabetes y la hipertensión, pueden aumentar el riesgo de endometriosis, por lo que es importante controlarlas adecuadamente.
• Hablar con un médico: Si tiene antecedentes familiares de endometriosis o experimenta síntomas de la afección, hable con un médico para obtener más información sobre las formas de reducir el riesgo de desarrollarla y para recibir tratamiento si es necesario.

Ante cualquier duda consultá con tu médico. No olvides realizar chequeos anuales. 

¿Qué es el síndrome del intestino irritable?

El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno digestivo común que afecta a millones de personas en todo el mundo. También se conoce como colitis nerviosa, colon espástico o colón irritable. El SII se caracteriza por una combinación de síntomas gastrointestinales, como dolor abdominal, hinchazón, diarrea y/o estreñimiento.

Síntomas del síndrome del intestino irritable 

Los síntomas del síndrome del intestino irritable pueden variar de persona a persona y pueden incluir:

• Dolor abdominal: el dolor puede ser constante o intermitente y puede sentirse en diferentes áreas del abdomen.
• Hinchazón: el abdomen puede sentirse hinchado y abultado.
• Diarrea: las heces pueden ser sueltas o acuosas y se pueden producir con frecuencia.
• Estreñimiento: las heces pueden ser duras o secas y la persona puede tener dificultad para defecar.
• Alternancia entre diarrea y estreñimiento: algunas personas pueden experimentar ambos síntomas de forma intermitente.
• Sensación de evacuación incompleta: la persona puede sentir que no ha evacuado completamente después de defecar.
• Exceso de gases: la persona puede tener exceso de flatulencia o eructos.
• Sensación de urgencia: la persona puede sentir la necesidad de defecar con urgencia.
• Moco en las heces: algunas personas pueden notar moco en las heces.
• Fatiga: la persona puede sentirse cansada o fatigada.

Es importante tener en cuenta que los síntomas del síndrome del intestino irritable pueden ser persistentes o intermitentes y pueden afectar la calidad de vida de una persona. 

Si tenés alguno de estos síntomas, es importante hablar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

¿Cuáles son las causas del síndrome del intestino irritable? 

Aunque la causa exacta aún no se conoce se cree que varios factores pueden desempeñar un papel en su desarrollo, incluyendo la sensibilidad del intestino, la alteración de la microbiota intestinal, el estrés y la alimentación.

Los síntomas pueden variar de una persona a otra. Algunas personas pueden experimentar dolor abdominal y distensión, mientras que otras pueden sufrir diarrea o estreñimiento. En algunos casos, las personas pueden alternar entre diarrea y estreñimiento.

Tratamientos del síndrome del intestino irritable

El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida como una dieta saludable y ejercicio regular.

También se pueden recetar medicamentos para ayudar a controlar los síntomas, como laxantes, antidiarreicos o relajantes musculares. Los suplementos probióticos también pueden ser útiles en algunos casos, ya que pueden ayudar a equilibrar la microbiota intestinal y mejorar la digestión.

Ante cualquier duda no olvides consultar con tu médico.