¿Qué es una mamografía magnificada?

¿Qué es una mamografía magnificada?

Si no sabes qué es una mamografía magnificada, has llegado al artículo indicado. Este estudio consiste en la obtención de imágenes con aumento (zoom) cuando un hallazgo en la mamografía convencional resulta dudoso, no es claro o es sospechoso.

La mamografía convencional es un método de estudio que utiliza rayos X para obtener imágenes de las mamas. Cuando se realiza en forma anual como control es la principal herramienta para detectar temprano el cáncer de mama, incluso antes de que aparezcan los primeros signos o síntomas. También se usa para investigar cambios sospechosos, como por ejemplo, un nuevo bulto palpable en la mama o un cambio en el aspecto de la piel o del pezón, con fines de diagnóstico.

En ocasiones, cuando el médico especialista en imágenes o el profesional que indicó la mamografía observan algún hallazgo que resulta dudoso, poco claro o anormal, pueden solicitar a la paciente que regrese para realizar algunas imágenes adicionales. Estas imágenes adicionales pueden consistir en tomas mamográficas con una orientación o ángulo diferente de los que se usan como rutina o bien una “mamografía magnificada”. La vista magnificada es complementaria a la mamografía convencional, incluso puede ayudar a definir si se requiere o no una biopsia de mama.

¿Qué es una mamografía magnificada?

Para la mamografía magnificada se utiliza una pequeña bandeja (que depende del tipo de equipo de mamografía en cada centro de diagnóstico), la cual aproxima la mama a la fuente de rayos X. Esto permite adquirir imágenes con zoom (aumentadas o magnificadas dos veces) de la región de interés.

Las vistas magnificadas permiten una evaluación más clara de los bordes y las estructuras tisulares de una masa o un área sospechosa. Con frecuencia se utiliza para evaluar microcalcificaciones. De acuerdo con el criterio del médico, puede también solicitarse una ecografía mamaria o una mamografía digital 3D (tomosíntesis 3D), para completar la evaluación.

Es muy importante destacar que usted no debe alarmarse si le piden que se realice una mamografía magnificada o imágenes adicionales. El 80 % de los hallazgos por los cuales se solicitan tomas adicionales son luego considerados “benignos” o “probablemente benignos” y se indica el control con seguimiento habitual en 12 meses o 6 meses, respectivamente.

¿Cuál es el beneficio de la mamografía magnificada?

Los especialistas han realizado estudios comparando la indicación de biopsia de mama a pacientes con imágenes sospechosas en la mamografía convencional, complementada o no con vistas magnificadas. La mamografía magnificada permitió reducir la tasa de biopsias mamarias en un 58 %. Es decir, que constituye una herramienta útil para colaborar con la toma de decisiones por parte del médico.   

La indicación criteriosa de la mamografía magnificada puede ayudar a evaluar mejor los cambios sospechosos en una mamografía de control de rutina y a detectar temprano el cáncer de mama. Además, puede permitir disminuir el número de biopsias, al contribuir a aclarar si determinados hallazgos son benignos, con lo cual se reduce también la ansiedad de las pacientes.

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Prevención del cáncer de mama: cómo reducir el riesgo

Prevención del cáncer de mama: cómo reducir el riesgo

El Dr. Ricardo Rojas, Director Médico de Diagnóstico Rojas, fue entrevistado en el programa de televisión M20 con relación a un tema fundamental para la salud femenina: la prevención del cáncer de mama.

El prestigioso profesional respondió preguntas relacionadas con las causas del cáncer de mama, sus síntomas y, fundamentalmente, la gran importancia de la mamografía en la detección temprana del cáncer mama.

Entrevista con el Dr. Ricardo Rojas


El Dr. Rojas expresó que lamentablemente, el cáncer de mama tiene muy alta frecuencia en Argentina y que una de cada ocho mujeres presenta esta enfermedad en el curso de su vida.  Por este motivo resulta tan trascendente la
prevención del cáncer de mama.

Para trabajar en ello es fundamental conocer cuáles son aquellos factores de riesgo que podemos modificar, cambiando algunos hábitos para reducir su impacto y llevar una vida más saludable, como por ejemplo:

– Evitar el consumo diario de alcohol.

– Realizar actividad física por lo menos tres horas y media por semana.

– Llevar una dieta saludable con una ingesta moderada de carnes rojas, grasas animales  y carbohidratos refinados. Consumir frutas, verduras, legumbres y cereales.  Evitar las bebidas azucaradas y alimentos hipercalóricos.

– No fumar.

– Estar consciente de los síntomas o signos más frecuentes,

– Realizar el autoexamen de las mamas y,

– Realizar los controles periódicos clínicos y con los estudios por imágenes pertinentes, fundamentalmente la mamografía.

Además, existen algunos fármacos que, solo en circunstancias especiales, pueden contribuir a reducir el riesgo, en base a sus efectos sobre las hormonas que estimulan el tejido mamario. Dichos fármacos deben ser indicados por el médico a cargo y requieren un estrecho seguimiento.

¿Qué causa el cáncer y con qué factores se asocia?

Los mecanismos por los cuales se produce el cáncer de mama son complejos y no se han aclarado completamente, pero se han identificado una serie de factores que pueden aumentar o reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. Muchos de los factores con gran impacto pueden modificarse.

Actualmente se conoce que menos del 10% de todos los cánceres de mama se asocian con causas genéticas; las más frecuentes son las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2. En la amplia mayoría de los casos (90-95%), el cáncer se relaciona con los efectos de factores medioambientales y con el estilo de vida, es decir, con factores de riesgo que son modificables. Resulta sumamente trascendente comprender el impacto de los hábitos de vida en el desarrollo no sólo del cáncer de mama, sino de otros cánceres y enfermedades crónicas.

Son factores de riesgo conocidos y modificables: el tabaquismo, la obesidad, la dieta rica en grasas animales y carbohidratos refinados, el consumo de alcohol y la falta de actividad física. Por lo tanto, la mejor prevención, además de los controles periódicos, es mantener hábitos de vida saludables, en cuanto a dieta, peso corporal adecuado, actividad física regular, no fumar o dejar el hábito, etc. Estas medidas son especialmente útiles para quienes tienen riesgo aumentado debido a antecedentes familiares.

Entre los factores que no pueden modificarse se destaca la edad mayor de 55 años; la incidencia de la enfermedad aumenta progresivamente a partir de los 30 años.

Tener mamas densas se asocia con mayor riesgo de cáncer de mama. Por las características de la mama, con predominio de tejido fibroglandular, resulta muy difícil distinguir lesiones sospechosas, especialmente si son pequeñas. Por este motivo, la tomosíntesis 3D resulta un método más apropiado de evaluación.

El mayor tiempo de exposición del tejido mamario a los estrógenos elaborados por el organismo favorece los efectos hormonales sobre la proliferación y el crecimiento del tejido mamario. Es el caso de la menarca temprana y la menopausia después de los 55 años, tener el primer parto a mayor edad o no tener hijos.

Los antecedentes personales de cáncer de mama previo, incluyendo la radioterapia dirigida a la mama o al tórax, también deben considerarse.

Los antecedentes familiares de cáncer de mama, en especial en un familiar de primer grado (madre, hermana) o de cáncer de ovario, se asocian con mayor riesgo. Para conocer más detalles puede consultar la nota FACTORES DE RIESGO DE CÁNCER DE MAMA.

¿Cómo se detecta el cáncer de mama?

La mamografía es la principal herramienta para la detección precoz de la enfermedad ya que permite salvar vidas y alcanzar la curación.

La mamografía se realiza a partir de los 35 años y se recomienda el control periódico anual desde los 40 años de edad. El cáncer de mama no duele y los síntomas pueden ser tardíos. La mejor forma de detectar el cáncer de mama es con la mamografía y lo ideal es realizar el estudio antes de que aparezcan los síntomas del cáncer. Cuando la detección del cáncer es en la etapa asintomática (antes de la aparición de síntomas), el 98 % de esas pacientes salvan su mama y su vida.

Debido a que se trata de una población de mayor riesgo, se recomienda realizar mamografía o ecografía mamaria a partir de los 30 años a las mujeres con antecedentes familiares directos (madre, abuela) con cáncer de mama. Cabe mencionar que el cáncer de mama hereditario representa solo el 10 % de estos tumores.

En la amplia mayoría de los casos, las causas del cáncer de mama se relacionan con los efectos de factores medioambientales y del estilo de vida, que no sólo se vinculan con el cáncer de mama sino con otros tumores y enfermedades. La mejor prevención, además de los controles periódicos, es mantener hábitos de vida saludables en cuanto a dieta, peso corporal y actividad física, no fumar o dejar el hábito, etc. Estas medidas son especialmente útiles para quienes tienen riesgo aumentado por los antecedentes familiares.

Las mujeres a las que se les diagnóstico cáncer de mama y que han recibido tratamiento conservador, también tienen riesgo más alto de volver a presentar la enfermedad. Se recomienda el control más frecuente, entre 6 meses y un año, tanto clínico como mediante estudios por imágenes.

Por último, cabe destacar el papel del estrés como factor relacionado con el desarrollo de la enfermedad y la preocupante incidencia elevada del cáncer de mama en la sociedad actual. En conclusión, el Dr. Rojas recomienda llevar una vida lo más saludable posible, realizar los controles periódicos con el médico y hacerse la mamografía sin temor, para prevenir y detectar temprano el cáncer de mama.

¿Cuál es la preparación para una ecografía ginecológica?

¿Cuál es la preparación para una ecografía ginecológica?

La ecografía ginecológica es un estudio ambulatorio, no invasivo: solo se requiere beber una cantidad de agua, previo a la cita.

La ecografía ginecológica es un estudio de diagnóstico por imágenes, no invasivo, que permite evaluar los órganos y estructuras que se encuentran en la pelvis femenina: útero, cuello del útero, vagina, ovarios y trompas de Falopio. Se la conoce también como ecografía de pelvis. Además, es uno de los estudios que se realiza con más frecuencia como parte de los controles de la salud femenina y también ante algunos síntomas.

El fundamento de la ecografía ginecológica es básicamente el mismo que para todos los estudios en los que se obtienen imágenes por ecografía. Se trata de una técnica radiológica que utiliza ondas de ultrasonido de alta frecuencia, inaudibles para el oído humano. Dichas ondas son emitidas por un transductor que se coloca sobre la piel, con la aplicación previa de un gel en el área a explorar, en este caso la región pelviana.

Las ondas emitidas por el transductor encuentran a su paso distintas estructuras, en las que “rebotan” y retornan al transductor. Estas ondas reflejadas son transmitidas a una computadora, donde son procesadas para convertirse en una imagen de los órganos internos.

Las ondas de sonido viajan a distinta velocidad según el tipo de tejido que encuentran a su paso: no son lo mismo órganos sólidos como los ovarios, o huecos como el intestino, que contiene aire. La velocidad del sonido es más lenta cuando atraviesa aire, como el gas intestinal.

La ecografía de pelvis puede realizarse según dos métodos:

El tipo de ecografía depende del motivo por el cual se lo solicita. La ecografía ginecológica es muy útil para medir los órganos en la pelvis:

  • tamaño, forma y posición del útero y los ovarios,
  • el espesor, la densidad de los tejidos, la presencia de líquido o masas en el endometrio, el miometrio o las trompas de Falopio,
  • el espesor y la longitud del cuello del útero,
  • cambios en la forma o las paredes de la vejiga.

En general, los motivos más frecuentes por los que se solicita son sangrado anormal, problemas menstruales o dolor en la pelvis.

La ecografía ginecológica es importante para el diagnóstico y el tratamiento de:

  • Alteraciones en el endometrio (capa interna del útero)
  • Quistes, masas y diferentes tumores (benignos o malignos)
  • Inflamación o infecciones en la pelvis
  • Embarazo ectópico (fuera del útero; generalmente en las trompas de Falopio)
  • Presencia y posición del dispositivo intrauterino (DIU)
  • Monitoreo del tamaño de los folículos ováricos y la ovulación, para la evaluación de fertilidad
  • Aspiración del óvulo para la fertilización in vitro

Aunque la ecografía ginecológica aporta mucha información, no permite confirmar el diagnóstico de cáncer. Si hubiera dudas o sospecha, el médico solicitará otros estudios adicionales, según cada caso.

Si el médico lo solicita, el estudio puede complementarse con la evaluación del flujo de sangre en los órganos pélvicos, mediante la ecografía Doppler. Esta técnica informa la velocidad y la dirección del flujo de sangre dentro de los vasos sanguíneos en los órganos estudiados.

¿Cómo es la preparación para la ecografía ginecológica?

Lo más importante es beber tres o cuatro vasos de agua o líquido por lo menos una hora antes de la cita programada y retener. No vaciar la vejiga antes del estudio.

La vejiga debe estar semi repleta porque de esa manera desplaza las asas de intestino que se interponen y generan imágenes poco claras por la presencia de gas intestinal. Una vejiga vacía no permite ver bien los órganos de la pelvis, aunque si se encuentra repleta en exceso, puede generar incomodidad.

No hay ningún inconveniente para realizar esta ecografía si su turno coincide con los días de sangrado del ciclo menstrual. Una pregunta frecuente es si puede tener relaciones sexuales el día antes del estudio. Tener relaciones sexuales, incluso el mismo día de la realización de la ecografía ginecológica, no influye en los resultados ni es ningún impedimento para el estudio.

Para la realización del estudio no se requiere sedación ni otro tipo de preparación. Se le solicitará que se recueste boca arriba en una camilla junto al equipo (ecógrafo) y se le colocará un gel transparente sobre la piel en la zona a explorar. Este gel ayuda a que la calidad de las imágenes sea mejor, al eliminar el aire que puede interponerse entre la superficie de la piel y el transductor.

Debido a que no se utiliza radiación ionizante como en las radiografías no hay ningún efecto secundario. Además, es un estudio ambulatorio, es decir, que se realiza en el consultorio y una vez que termina, regresa a las actividades cotidianas con total normalidad. En total, el estudio se completa en menos de diez minutos.

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¿Qué es y cómo se hace una ecografía transvaginal?

¿Qué es y cómo se hace una ecografía transvaginal?

La ecografía transvaginal es un estudio por imágenes utilizado para examinar la pelvis femenina cuando se desean imágenes más detalladas de algunos órganos. Se utiliza un transductor especial y el estudio es indoloro, breve y seguro.

La ecografía transvaginal, como la ecografía ginecológica, es un estudio por imágenes que se basa en el uso de ondas de ultrasonido (es decir, de alta frecuencia), para explorar los órganos y las estructuras en la pelvis femenina. La diferencia entre ambos tipos de ecografía es el transductor que emite las ondas de ultrasonido: en la ecografía transvaginal se emplea un transductor delgado y especialmente diseñado para no generar molestias, que se introduce suavemente en la vagina. Este transductor es levemente mayor en tamaño a un tampón.

¿Por qué motivo solicita el médico una ecografía transvaginal?

La ecografía transvaginal proporciona imágenes más detalladas y definidas de los órganos ubicados en la pelvis, en especial, el útero, las trompas de Falopio y los ovarios. Esto se debe a que el tipo de transductor permite direccionar las ondas de ultrasonido para  visualizar las estructuras de la pelvis en planos que no es posible con la ecografía ginecológica transabdominal.

Generalmente, este estudio es solicitado cuando existe dolor en la región pélvica o sangrado anormal. Aporta información valiosa para evaluar la presencia de fibromas o pólipos en el útero, así como de quistes u otros tumores en los ovarios, para evaluar causas de infertilidad y otros posibles problemas en las estructuras de la pelvis.  

¿Cómo es la preparación de la ecografía transvaginal?

La ecografía transvaginal se realiza de manera ambulatoria, es decir en un consultorio, y no requiere ninguna preparación específica. A diferencia de la ecografía transabdominal, no se necesita beber agua ni la retención vesical de orina.

¿Cómo se hace una ecografía transvaginal?

El estudio no involucra el uso de ninguna clase de radiación. Para realizarlo, no se emplea  ninguna clase de sedación ni anestesia, por lo cual, al finalizar, puede retirarse del consultorio y continuar directamente con sus actividades habituales.  

La realización de la ecografía es completamente indolora y se necesitan pocos minutos. En general, quince minutos son suficientes. El profesional que realiza el estudio, le pedirá que vacíe la vejiga antes de comenzar. Se le solicitará que se coloque una bata y se quite las prendas de la mitad inferior del cuerpo (de la cintura hacia abajo). A continuación se recostará en una camilla y se le solicitará que flexione las rodillas, de una manera similar a cuando realiza el examen con su ginecóloga/o.

Antes de comenzar la ecografía transvaginal, el transductor es cubierto con un protector de látex que se descarta una vez finalizado el estudio de cada paciente. Además, se aplica una delgada capa de gel transparente para lubricar dicho protector. De esta manera, el estudio genera molestias mínimas y es completamente seguro desde el punto de vista sanitario. Luego de cada estudio, el transductor es completamente esterilizado y limpiado.

No hay ningún efecto posterior a la ecografía. Es posible que note algo de flujo vaginal debido al gel lubricante, pero es escaso y dura menos de 24 horas.

¿Se puede hacer una ecografía ginecológica si estoy menstruando?

Si el día del estudio presenta sangrado menstrual, consulte si puede concurrir igualmente para realizarlo o si es conveniente reprogramarlo para cuando el sangrado haya concluido.

¿Se puede tener relaciones antes de una ecografia ginecologica?

La respuesta es: sí. Tener relaciones sexuales el día antes, o incluso el mismo día del turno para la ecografía transvaginal, no modifica ni influye en los resultados. La higiene personal es importante siempre.

Su intimidad es resguardada en todo momento. Usted puede solicitar que el profesional que realice el estudio sea mujer, si se siente más cómoda. En el momento de solicitar el turno, indique que así lo desea.

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¿La mamografía es dolorosa?

¿La mamografía es dolorosa?

A pesar de que la mamografía es el método de estudio por imágenes disponible más eficaz para la detección temprana del cáncer de mama, muchas mujeres son reticentes a realizarla por miedo a sentir dolor.

Los nuevos equipos de mamografía digital permiten completar el estudio rápidamente, con mucho más confort. El nivel de las molestias durante la mamografía digital es realmente bajo y se debe alentar a las mujeres a realizarse el estudio sin temor. Además, se debe generar conciencia de la importancia de realizarse una mamografía con frecuencia.

La mamografía digital es la mejor herramienta por imágenes de la cual se dispone para la detección temprana del cáncer de mama, lo cual puede significar la diferencia para que el tratamiento sea completamente exitoso. La mamografía debe ser parte de los controles anuales de salud de todas las mujeres a partir de los 40 años; incluso, puede ser aconsejable comenzar los estudios periódicos antes de esa edad, si existen antecedentes familiares de cáncer de mama u otros motivos que lo ameriten.

Sin embargo, es muy habitual sentir ansiedad, en especial si la mamografía digital se realiza por primera vez; suele haber preocupación por su resultado y por cómo es el procedimiento en sí. Conocer cómo será el estudio y qué esperar durante el mismo seguramente ayudará a que se sienta más cómoda. En Diagnóstico Rojas, el personal es comprensivo, entiende la ansiedad que provoca la situación, el miedo al dolor y la preocupación por los resultados, y puede acompañarla para que la experiencia sea positiva.

Un tema que genera muchas dudas y temor es si la mamografía es dolorosa. La mayoría de las mujeres sienten algunas molestias que son absolutamente tolerables durante la realización del estudio, y que desaparecen apenas éste termina. Cada persona es única, de modo que su experiencia es única, de acuerdo con el nivel de ansiedad o la sensibilidad al dolor. Sin embargo, puede asegurarse que la situación de incomodidad dura apenas unos minutos.

En verdad, la mayor parte de las mujeres que se han realizado una mamografía digital refiere que las molestias fueron menores a las esperadas. Al terminar la mamografía, usted continuará con sus actividades diarias. Además, no hay ninguna secuela ni hematoma u otro efecto posterior al estudio.

¿Por qué se comprimen los senos durante la mamografía digital?

Para realizar la mamografía digital, un técnico posicionará sus senos, uno por vez, en un equipo especial; cada seno es colocado entre dos bandejas, que lo comprimirán mientras se toman imágenes desde diferentes ángulos. Esta presión es necesaria para aplanar la mama y facilitar la visualización más clara y de mejor calidad de su estructura anatómica. Esta compresión asegura además que la mama quede en posición fija, para evitar imágenes borrosas o dudosas. Por otra parte, la disminución del espesor del tejido, permite reducir la dosis de rayos X que se administra, la cual de por sí, es baja.

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La presión que ejercen las bandejas contra los senos mientras se obtienen las imágenes es la causa de las molestias, que son breves, tolerables y duran apenas segundos. El momento de la compresión de los senos en sí dura pocos segundos, mientras que cabe tener presente el enorme beneficio de la detección temprana del cáncer de mama.

Algunos factores que pueden influir en el grado de malestar son:

  • el tamaño y la estructura de los senos (las mamas fibroquísitcas pueden ser más sensibles),
  • el momento del estudio en relación con el ciclo menstrual,
  • la habilidad del técnico que realiza la mamografía y,
  • la ansiedad sobre el examen.

Cómo reducir las molestias

  • Elija el momento oportuno: el momento menos recomendable es la semana previa al inicio del ciclo menstrual, cuando los senos pueden estar más sensibles e hinchados debido a los cambios hormonales; el momento ideal para realizar el estudio es la semana siguiente al final del ciclo menstrual, cuando las molestias son menores y mejora la calidad de las imágenes. Para las mujeres en el período de lactancia materna, se puede esperar para realizar el estudio si se dejará de amamantar en poco tiempo.
  • Antecedentes: informe al técnico si tiene mamas fibroquísticas y si ha tenido estudios previos que le causaron molestias o dolor.
  • Reduzca el consumo de cafeína: disminuya el consumo de bebidas cola y café desde dos semanas antes del estudio; ello puede reducir la sensibilidad del tejido mamario.
  • Respire: durante el estudio, respire despacio y lentamente para disminuir la tensión y las molestias.

Cabe mencionar que los avances tecnológicos aportan una razón más para no dudar en realizarse el examen. Los nuevos equipos de mamografía digital están diseñados para aumentar el confort y minimizar el tiempo de adquisición de las imágenes y las molestias (examen rápido e indoloro). La cantidad de presión de las bandejas sobre la mama puede ajustarse cuidadosamente en forma manual y se ha logrado mayor confort en el posicionamiento del cuerpo.

Con lo último en tecnología, la mamografía  digital con tomosíntesis, también llamada tomosíntesis 3D, se ha logrado optimizar de tal manera la calidad de las imágenes, eliminando la superposición de estructuras, que es posible detectar lesiones mínimas incluso en mamas densas. 

Considerando que el cáncer de mama es una de las neoplasias con más posibilidades de detección temprana y, por consiguiente, de tratamiento curativo, debe enfatizarse la importancia de la mamografía de control. Informar que el nivel de las molestias durante la mamografía digital es realmente bajo, es sumamente útil para alentar a las mujeres a que cumplan con los controles periódicos. Eliminar el elemento de dolor y estrés durante la mamografía puede contribuir a que más mujeres se animen a realizar el estudio sin temor, sabiendo que un equipo profesional las respalda.

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